viernes, 1 de julio de 2016

ELECCIONES AUTONÓMICAS VASCAS

     Sostuve en un envío anterior, que tanto el PSOE como el PP carecen de su propio proyecto polìtico para hacer frente a la crisis de signo territorial, coincidente con las ansias secesionistas de muchos vascos.
     En la conciencia de estos nacionalistas vascos subyace el deseo de independencia de Euskadi y mantienen la esperanza de que  pueda alcanzarse en breve, a nada que se precipiten los acontecimientos. Todos ellos aceptan el régimen autonómico vigente a título provisional y como medio para alcanzar la independencia  de Euskadi pacíficamente, con el añadido de Navarra  y del País Vasco francés en una próxima fase..
     La presión constante, en favor de la independencia, suele cobrar más fuerza cuando la nación España entra en crisis del tipo que sea. En los días que corren  se constata que se cumple esta realidad.
     Hay que señalar, no obstante, que la integración de España en la Unión Europea, ha frenado en parte los movimientos secesionistas. Indudablemente se meditan las consecuencias que podrían derivarse de la salida de Euskadi del club europeo, al  ir comprobando que su independencia lleva consigo  esta pérdida.
     Pero los  nacionalismos cuando se desbocan, son capaces de superar escollos de este tipo. Están preparados para el evento, ya que todo el sistema institucional  -estructurado gracias a las concesiones autonómicas-  podría funcionar para el cambio de vía hacia la independencia soberana, con relativa facilidad,  en corto lapso de tiempo.
      Podrían decir: ¡Estamos listos para dar la despedida a España! ¿Quién puede ofrecer  mejor programa? Al fin y a la postre llevan cerca  de cuarenta preparándose para dar este paso. El premio caerá como fruta madura. ¡Están en ello!
     ¿Y que me dicen de la tarea que debieron emprender  el PP y el PSOE para crear un ideario político lo suficientemente atractivo para los electores  vascos,  que evitara su desconexión  de España? Les diré: ¡Muy poca cosa!.
      Preguntará más de uno: ¿Podían hacer algo? Claro que sí. Pero ni siquiera repararon en la conveniencia de habérselo planteado.
      Claro que habrá que explicarlo. ¡Hablaremos!






   
 

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