lunes, 1 de febrero de 2016

AL BORDE DEL HARAKIRI

      Al rito de recurrir al suicidio, para morir con honor antes de caer en las manos de  tu enemigo, parece ser que lo designaron en Japón con la frase "hacerse el harakiri". Pero vayamos al grano.  
      Hasta los más mendrugos de la clase se han dado cuenta de que Pedro Sánchez, una vez alcanzado el cargo con máximo poder dentro del PSOE, ha perdido el equilibrio. A fuerza de acumular el desprestigio sobre su principal  rival Mariano Rajoy, tarea fácil, el Secretario General debió de pensar: "ahora o nunca, la ocasión la pintan calva; "YO (con mayúsculas) soy el llamado a presidir el futuro Gobierno de España".
       Sánchez veía cómo se acumulaban las desdichas sobre Rajoy y cómo, a la,inversa, él, Pedro Sánchez, estaba libre de todo pecado por la gracia de Dios. Era el elegido. No había  duda: las elecciones -pese a las encuestas que siempre se equivocaron- estaban chupadas. Soñaba con la Presidencia de un Gobierno milagrero.
       Llegó la hora de la verdad y los resultados fueron devastadores: en  el año  2008, once millones de votos; en el 2015, poco más de cinco millones. Era para dejarse de sueños. Pero para Sánchez, estos resultados fueron todo un triunfo; e insistió: quiero gobernar.
      Sánchez sigue sin bajarse de la nube ensoñadora. Se lo dicen lo más sensatos de su partido. Un perdedor puesto a gobernar depende del voto prestado. Entonces se cambian los papeles: el que manda es el prestamista, no el prestatario. Es así, es ley de vida. Pero Sánchez, no es Sancho, y ve molinos donde en realidad hay gigantes.
        No le han faltado a este Sánchez conmilitones que nunca se privaron de argumentar a su favor: tú habla a los españoles de reformas, de cambio, de progresismo, de modernidad, de abundancia para el pobre y mano dura para el rico, etc. Las bases te darán la razón, cuando lo que se necesitas es el Poder con  mayúscula.
       En fin: Pedro Sánchez está poniendo a los miembros directivos del PSOE al borde del harakiri; al borde del  suicidio para morir con dignidad.
        Hay gente para todo.

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