lunes, 22 de febrero de 2016

MEDIDAS REGRESIVAS


     Lo importante de la época que estamos viviendo es que -por encima de las previsiones y promesas de los políticos-  se está produciendo un cambio, al margen de todos los que anuncian con carácter progresista, tal que los derivados de la globalización, que escapan al control de los Estados. Ejemplo: las migraciones masivas .
     Para los políticos de pacotilla, el progreso consiste en promover un bienestar generalizado, para lo cual cuentan con la implantación de cargas obligatorias, que afectan a los que laboran y producen, con el, pretexto de ayudar a  los que carecen de un mínimo con que  costearse la subsistencia y el cobijo.
    Son cambios que exigen cargas de difícil recaudación; cargas,  implantadas en pro de ese progreso, que necesitan de costosos medios de control que, cuando éstos funcionan, suelen hacerse  a costa de quienes no pueden eludir el pago puntual de los impuestos. Es decir, no pagan los que más tienen, sino que -al revés de lo prometido- corren con el gasto los que más suelen aportar, por su cuenta y con su trabajo e inversiones a favorecer ese progreso.
    Corren con el gasto -insisto-  las clases medias, porque los mejor dotados, adelantándose al ideario político, buscan otros espacios desde donde medrar a sus anchas, sin nadie que se lo impida. Es decir emigran con sus caudales en busca de mejores climas tributarios.Véase lo que pasa en Grecia y en otros países gobernados por progresistas  pasados de moda y de rosca.
      Veamos un ejemplo. En España los políticos saben, y los expertos lo anuncian, que el sistema de pensiones de jubilación, acogido a la fórmula de reparto, es muy vulnerable y que, por varias contingencias de signo negativo, puede ir la suspensión de pagos en un plazo no lejano.
      En otros paìses, paulatinamente y con tiento, han ido reduciendo el ámbito de este sistema, cambiandolo por otro con menores riesgos. Con el primero  (de reparto) los autónomos cotizan   con aportaciones reducidas que les garantizan una pensión mínima básica y, con el segundo (de capitalización) el asegurado, que también puede ser autónomo, contrata el pago de una cuota mensual variable, para recibir al jubilarse una cantidad  proporcional a las aportaciones realizadas.
      ¿Que prometen desde el PSOE para la sesión de investidura? Sabiendo como saben que un ochenta por ciento de los autónomos han optado  por concertar el pago de la cuota mínima (unos 267 euros el mes; el  29,8 % sobre  un salario también mínimo de 893,10 euros), se van a ver sorprendidos por una nueva exigencia: el pago por este concepto de una cuota mensual mucho más elevada que se calculará sobre sus ingresos reales. La subida es notable, el riesgo no desaparece, y han de pagarla los titulares de pequeñas y medianas empresas en manos de los pocos que producen algo para mantener una burocracia oficial macrocefálica.
      Y a esto  lo consideran reforma progresista. "A cualquier cosa llaman chocolate las patronas", decían los estudiantes en los años del hambre.
       ¡Que baje de los cielos el Pablo auténtico -el del caballo- y lo vea!

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