martes, 9 de febrero de 2016

LO PASARON POR UN PRIMER HERVOR

     Sabrán ya, gracias a los medios informativos, que Pedro Sánchez ha remitido unos  pliegos a sus próximos políticos, de varios partidos,  dándoles a conocer su programa de gobierno  antes de llegar a un deseado acuerdo y voto a su favor -o abstención como mal menor- de forma que se haga posible su investidura.
     Los informadores y opinantes, al conocer estos pliegos, han constatado que uno de los puntos fuertes de Pedro Sánchez, su propuesta federalista para resolver el problema territorial que nos lleva camino de la ruina más pronto que tarde, ha quedado desplazado como si no existiera  ya el tal conflicto.
     Lo que no se ha divulgado es que tal cambio se ha producido a raíz de la entrevista del aspirante Sánchez con los  jerifes del PNV,  para ganarse el voto favorable o la abstención de este partido en la sesión de investidura.
    Como político, el Sr. Sánchez estaba necesitado de dos hervores. Puede decirse que los delegados del PNV le han sometido al primer hervor:  ¡a ver si te enteras, contreras!; el federalismo a los nacionalistas vascos no les va!
     No les va porque ellos no quieren someterse a un mandato constitucional; quieren aprobar su propio régimen, con su propia Constitución y, desde esa realidad, pactar con el Estado español un régimen de convivencia por separado, de igual a igual.
     Basta, para confirmar lo que digo, leer en la Constitución española la disposición adicional   que ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales y entre esos derechos está, para la inmensa mayoría de los nacionalistas vascos, el  pacto con la Corona. Y eso ¿qué significaba? Sencillamente que las representaciones designadas por las Provincias Vascongadas pactaban en pie de igualdad, directamente con el Estado, el régimen de entendimiento y convivencia con los demás territorios y habitantes del Reino de España. Eso se acabó en el siglo XIX. Pero las disposiciones  que acabaron con aquella situación regimental, quedaron constitucionalmente derogadas en 1978. Luego estamos en las mismas, y el Sr. Sánchez sin enterarse de que ese problema  no lo arregla ni el federalismo de Pi y Margall que daba categoría de Estado a las Provincias Vascongadas.
     El PNV quiere un pacto bilateral, un acuerdo por separado con el Estado español, sencillamente
porque Euskadi no es España.
      Pasado este primer hervor del aspirante, veamos qué resultado nos brinda el destino. Se sospecha, por los que siguen de cerca la evolución, que la crisis en fase de prueba, no terminará saliendo del túnel.




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