domingo, 31 de enero de 2016

ALTO COSTE DE MALOS 'POLÌTICOS

     Siendo muy joven me tocó vivir la guerra incivil de cerca y llegué a conocerla desde una perspectiva económico social.
     Al ver las armas, el bagaje militar, el equipo, la vestimenta y la forma de hacer la guerra de los alemanes e italianos que vinieron a combatir en España, muy  superior al  habitual entre nosotros, alguien se hizo esta pregunta en alta voz: ¿Cuánto nos costará este lío?
     No hubo respuesta, pero con el paso del tiempo,  tuvimos cabal idea de que los españoles (salvo las excepciones de rigor) tras la paz, vivíamos arruinados  y nos costaría años de hambre, de enfermedades y miseria salir adelante y reparar el mal causado por la pendencia entre vecinos y a  veces hermanos.    
     Éramos, antes de la guerra,  un país de medio pelo, y pasamos a ser una ruina europea al llegar la paz; nos  desconocíamos en medio de una pobreza que causó más bajas que la lucha armada. Nos desconocíamos y nos  ignorábamos porque bastante tenía cada uno con la carga que supone levantarse cada amanecer con una sola meta: subsistir.
    Era cierto el dicho: Valía más un mal arreglo que un pleito armado. Las consecuencias se tradujeron en una inevitable  dictadura que duraría  varias décadas.
     Al echar la vista atrás, según mi apreciación, veo la guerra como una consecuencia de la mala praxis de los políticos españoles de aquella época. Individualmente tuvimos personalidades destacadas. Colectivamente fueron un fracaso. Por eso nos metieron en un conflicto de sangre que hubimos de sufrirlo todos, sobremanera las clases medias y  bajas manejadas abusivamente  desde el poder.
      ¿Y qué había detrás de ese poder?   Intereses materiales revestidos de  nobles ideales.  ¿Y quiénes se jugaron la vida por defenderlos? A base de  trabajo, sacrificios y muertes, principalmente  las clases medias y bajas.
      Me pueden decir  que también murieron algunos  ricos. Cierto, pero no se lo piensen dos veces: se habría eludido la guerra si  los  políticos hubieran llegado a un acuerdo para que el reparto fuera  más justo.
      Ahora me pregunto: ¿Cuánto nos costará a los españoles  de las clases medias y bajas  mantener este amasijo de políticos de nuestros días, incapaces de entenderse en beneficio de la gran mayoría de españoles?
      Respondan ustedes desde la intimidad de sus conciencias. Abran, para esto los portillos de su imaginación pensando en su familia.  Hagan cuentas.  



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