lunes, 4 de enero de 2016

VERDADES ENGAÑOSAS

     Los malos políticos suelen abrirse camino,  y prosperar a pasos gigantescos,  si aciertan a condenar las injusticias que conmueven a ese colectivo llamado pueblo. La conciencia popular es muy sensible  y acepta de buen grado los remedios que se propongan para acabar con estas injusticias,  siempre que sean creibles y no le cuesten particularmente ni un euro al que las escucha pero no  le afectan.
     Una verdad, a la par que justa bien relatada -con el énfasis puesto en sus componentes dramáticos- resulta conmovedora y predispone el ánimo de cualquiera  en favor de quien se sienta capaz de restaurar la justicia tan vilmente violada.
     Tomemos como ejemplo los bajos salarios que han de aceptar numerosos trabajadores en España para no morirse de hambre. La precariedad salarial es una injusticia inadmisible. Como primera providencia, -pìensa cualquiera con buena voluntad- hay que establecer un salario mínimo obligatorio y digno.
      El partido político que prometa la reparación de esta injusticia, ha dado un paso importante en favor de sus candidaturas; si además asegura que se implantará esa medida -salario mínimo obligatorio y digno- tan pronto alcance a manejar las riendas del gobierno lo llevan las multitudes en procesión. El salario digno supone elevar en un cuarenta o cincuenta por ciento el total del ahora vigente.
     Los empresarios, avisados con tiempo, al ver que la promesa al alza del salario mínimo puede prosperar, hacen sus cálculos: en el caso de que tomara cuerpo  esta propuesta, -se dicen muchos de ellos-  mi negocio entraría en pérdidas.
     La sola probabilidad de que esto suceda, frena la actividad de muchos empresarios, llegando incluso a no renovar el empleo de aquellos con su contrato a punto de caducar. En suma, en las circunstancias actuales, toda reforma que vaya a cargo del empresario es disuasoria. Aumentaría el paro en perjuicio no sólo de los desempleados, sino de ese colectivo llamado pueblo.
     Podría satisfacerse esta cuenta con cargo al erario público, pero en ese caso se corre el riesgo de superar los  límites de déficit público y seríamos llamados a capítulo desde la Unión Europea. (Cómo ha pasado en Grecia).
     La solución la tiene "Podemos" : salir de la Unión, y manejar por libre la maquina de hacer billetes, lo cual traería consigo la devaluación de la moneda, que es tanto como perder la gasolina que mueve al coche, por el tubo de escape. (Cómo pasa en Venezuela).
     Hay verdades que contadas a medias hacen más daño  que las mentiras.

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