miércoles, 13 de enero de 2016

PRESAGIAN NUEVAS ELECCIONES

     Han podido escuchar, a través de sus líderes, vía Antena 3 desde el Congreso, los objetivos que se han marcado los cuatro principales partidos políticos de España que hoy se estrenan como parlamentarios: el PP, el PSOE, Ciudadanos y Podemos.
     A medida que los escuchaba sentía la necesidad de preguntarme: ¿A quién votarías? y luego me hacía esta reflexión-pregunta: ¿Y qué más da si no hay elecciones anunciadas?
     Mariano Rajoy reconocía que los últimos resultados electorales estaban pidiendo un cambio. Por eso ofrecía una alianza PP-PSOE-Ciudadanos.
     Pedro Sánchez, interpretaba que era necesario el cambio con sello progresista, para el que contaba con Podemos y compañeros bolivarianos; sello que divide a su clientela como se demuestra cada día que pasa.
     Pablo Iglesias exige un cambio radical de inspiración religiosa,  porque su verdad no es racional sino evangélica y sus seguidores creen en los milagros, como si España fuera Venezuela.
     Y por ultimo, Albert Rivera, sereno, pacífico y calculador, prepara su próxima campaña desempeñando el papel de hombre bueno: el papel de mediador, porque los electores han pedido un cambio que consiste en lograr acuerdos y que los políticos no anden a la greña, para lo cual -ejemplarmente- han de ceder todos, y él también dando ejemplo.
     Fue entonces cuando me caí del burro: Albert es el más listo de la camada. Su teoría es noble, es buena, es positiva y si se cumple es la que más rendimiento electoral puede darle.
     Mariano se está jugando el puesto que según ha manifestado desea conservar, por estar al frente de la lista más votada. Un error que le puede causar muchos disgustos. No es aconsejable que los  demás sepan cual es tu más íntimo deseo. Tiran a dar.
     Pedro, un buen hombre aunque simplista, saca a relucir para hacer trampas el naipe usado y ya seboso del progresismo, sin darse cuenta de que el primer fornicado es su partido al que está llevando a la ruina si no sale alguno de su cuerda a pararle los pies.
    Y Pablo, que cambia de programas como de camisa (¿qué nos queda de aquél Pablo intérprete de las algaradas callejeras que repudiaba al PSOE por pertenecer a la "casta" y que ahora quiere que además le hagan la cama?).
     Todos están pensando en las nuevas elecciones. Hagan pronósticos. Mucho me temo que no servirán  para nada. Otro día les diré  por qué.    
 

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