miércoles, 30 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXV

     LA  POCA Y MALA PREPARACIÓN ESCOLAR.- Está comprobado  que una mayoría de españoles  tienen una baja formación cultural. España ocupa los últimos puestos de la Unión Europea, y de los países de la OCDE, en el nivel  educativo comparado. Si alguien lo duda le remito a INTERNET donde puede consultar el tema. sobre "la educación  de los españoles". No es que vayamos en la cola de un tren donde todos los vagones se mueven a la misma velocidad; estamos ahí, por incapaces de interpretar una lectura de fácil asimilación y de resolver sencillas cuentas aritméticas. Esto no excluye la existencia de minorías bien  formadas, pero proporcionalmente harto reducidas.
     Dado que el sistema electoral español está íntimamente relacionado con el nivel cultural de las multitudes que votan,  no podemos pretender que el cupo de los elegidos alcance el grado de excelencia. Ahora,  a través de unas primarias (una moda como otra cualquiera) la  selección va a  responder a la voluntad de electores multitudinarios.  Es lógico que los elegidos para ser candidatos al ejercicio del poder, ofrezcan dudosos resultados.
     La escuela en España -salvo excepciones-  está en manos  de doctrinarios desde siglos ha; esto explica el atraso de España dentro de Europa, aunque, antes de reconocerlo, salten en protesta, como  ranas,  los que consideren lo contrario.
     Los doctrinarios, cada cual con su catecismo,  son poco amigos de la libertad de enseñanza; por eso -también salvo excepciones- no hay en España escuelas donde los padres puedan elegir enseñanza para sus hijos, pese a ser un Derecho  Humano recogido en la Carta de las Naciones Unidas y reconocido en la Constitución Española. Y si  no hay libertad, termina por desarrollarse la doctrina. Las escuelas,  entre públicas y privadas, se amoldan en mayoría a los criterios políticos o religiosos dominantes en cada momento.
    Como entre las escuelas no hay competencia, no hay estímulo. Y donde no hay estímulo no hay progreso y si no hay progreso prospera el adocenamiento.
    Para que cambie España (incluidas Cataluña, y Vasconia) hay que cambiar la escuela; y para que ésta cambie hay que liberar la enseñanza y abrir paso a la competencia.
    Desaparecerían muchos de los problemas que hoy nos acosan.

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