miércoles, 2 de septiembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XLI

     EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD.- Ya Platón trató en "La República" de las cuatro  virtudes cardinales: justicia, prudencia, fortaleza y templanza. También se estudiaban en el catecismo cristiano después de reconocer las virtudes teologales.
     No es fácil obrar con justicia; tampoco lo es el ejercicio de la prudencia. Estas dos virtudes  son poca cosa si su valedor carece de fortaleza y templanza.
    Al PP le ha caído repetidamente la suerte  -buena o mala, según se mire- de jugarse las elecciones generales a una carta: en este caso, en nuestros días, la pretendida secesión de Cataluña -problema que  ha ido creciendo como los enanos del cuento de un desgraciado circo-, va a ser decisiva en el resultado electoral que se anuncia para diciembre.
    En este caso  los enanos "in crescendo" son los secesionistas catalanes que, tal y como actúan,  o se les deja que actúen, van a ser capaces de ganar la partida a beneficio de cualquiera menos del sufrido contribuyente  español.
    Tantas veces han incumplido las leyes los líderes del secesionismo catalán y tantas veces se les ha repetido que las gentes del Gobierno están obligados a cumplir y hacer cumplir las leyes que,visto lo visto, los electores -como todo siga igual - se desaniman y bien no votan o entregan su voto al que consideran más fuerte, capaz y decidido al margen del partido en el Gobierno.Lo peor que puede suceder es que los competidores del PP demuestren que éste viene  quedando a la altura del barro por no haber ejercido la justicia con templanza y por no haber actuado con fortaleza con la debida prudencia.
     Es lógico que un Gobierno trate de mantener vigente, con las leyes que fueran necesarias, la soberanía del pueblo español en todo el territorio nacional, puesto que tiene competencias a tal fin. Solo falta ajustarse al dictado de las virtudes cardinales.

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