sábado, 29 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXVIII

     LA LEY DESASISTIDA.- Desasistir equivale a dejar a alguien solo, desamparado para que se las arregle como pueda. Aplicado a una ley, dictada con la mejor intención, este desamparo significa que algo no funciona y que, en consecuencia, a los contribuyentes afectados se les hace víctimas de una corruptela que, prolongada en el tiempo,  puede tener consecuencias graves.
    En el artículo 1º.  de la Constitución Española se dispone: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".
    En el artículo 103º. -  1, del mismo texto legal,  se indica: "La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y el derecho ".
    Viene demostrándose de forma palmaria (es decir de forma clara, patente y manifiesta) que la Administración Pública en Cataluña, no cumple con las obligaciones  dictadas en  los  textos constitucionales  y esta conducta debe rectificarse según  el artículo 155º - l, de forma que: "Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes les impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar  a aquélla  al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
     Todo lo previsto en la Constitución, así como la falta del cumplimiento por parte  de las autoridades responsables de Cataluña y de sus obligaciones,  y la comisión de atentado grave en perjuicio   del interés general de España, está siendo asumido con vergüenza y desencanto  por una inmensa mayoría de españoles. Inmensa mayoría que echa de menos una sencilla y clara aplicación del principio de soberanía nacional que radica  en el pueblo español.
     Lo que ahora sucede nos traerá muchos males  y -sin  duda- activará la defenestración política de los responsables del  estragamiento que padecemos; es más, si no se ajustan las conductas a las disposiciones legales vigentes,  perderán -así de sencillo-  las  próximas elecciones.
     Más grave que la recesión económica es la desmembración de España. Cuando el pueblo calla, no quiere decir que otorga.
   

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