martes, 25 de agosto de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XXXIV

     EL PROBLEMA AÑADIDO DE LAS MIGRACIONES.- Los  problemas socio políticos tienen distintos orígenes: Unos se crean en las tertulias mediáticas, otros obedecen a intereses partidistas mal digeridos y, por fin, hay otros que nacen en las entrañas del pueblo soberano. Entre éstos está el descontento popular a cuenta de la inmigración, poco o nada controlada, que nos invade.
     Son muchos, cada vez más, los que se quejan de esa invasión,  a medida que crece por días  el número de extranjeros que se refugian en Europa huyendo de sus pueblos  de origen. Hasta el momento la Unión Europea no ha dictado una norma con la que encauzar la acogida de estas mesnadas en pie de fuga. Y parecer ser que urge la unión de esfuerzos  que eviten la agravación del problema.
     Los nacionalismos periféricos que desde finales del XIX y comienzos XX,  protestaban contra la llegada de maquetos (en el País Vasco) y de murcianos (en Cataluña), están ahora callados ante la invasión de extraños llegados de muy diversos países; la pelota ha pasado a estar en el tejado de España. En más, en Cataluña y en el País Vasco se protege a, los llegados de fuera de  España con un interés desusado respecto al que aplicaban a "murcianos" y "maquetos". ¡Qué paradoja!
    En un país democrático todos los que residimos  dentro de sus límites deberíamos tener aprendidos nuestros derechos y deberes, cosa que no sucede en la actualidad entre propios ni con extraños. Esto para empezar, porque luego convendría estudiar y debatir, si  los derechos y deberes  de un nativo, --.allí donde los suyos, durante generaciones y con su esfuerzo, vienen colaborando al crecimiento del país - y los de un recién llegado -que se lo encuentra todo hecho-, han de ser los mismos que los  del pueblo que los acoge.  (Digo estudiar y debatir, para proceder con lógica justa y duradera; no nos pasemos de la raya; luego vendrá el decidir).
    La protesta de los ciudadanos que se sienten invadidos y desplazados por  forasteros, está  ahí en fase de crecimiento. Los políticos con olfato suelen prever la llegada del cambio. Salvo casos aislados, a sólo unos pocos de la superabundante familia de nuestros políticos, le da a la nariz que este asunto huele y que nos puede estallar en las manos. Los gobiernos parece  no estar en onda.
   El problema, con su valor añadido, lo tenemos encima para unirse   a los ya existentes, que no son mancos.

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