martes, 23 de diciembre de 2014

NO HAY VARITAS MÁGICAS.

El peligro de la política es que nadie cumple al ciento por ciento las promesas que hacen los titulares de este negocio. Este incumplimiento reiterado, no les induce a los políticos a ser prudentes, cautos, templados y equitativos en sus programas, sino que -muy al contrario- empiezan por extremar su valía y terminan por repartirse la piel del oso antes de darle caza. El caso es que ellos,-todos, salvo contadas excepciones- cuando ganan, elevan sus niveles de vida personal y si pierden, nadie sabe cómo pero, por lo general, siguen a flote. Por ejemplo oigo a todo político que se precie, aplicarse en la defensa de la asistencia sanitaria universal. Uno creía que la "universalidad sanitaria" podía estar relacionada con una medicina total, completa, eficaz y valedera en todos los planos y en todos los casos.Pero uno, estaba equivocado. La implantación de un sistema "sanitario universal" es algo así como el reconocimiento del derecho a una inmediata e incondicional asistencia sanitaria gratuita, a toda persona que resida en un concreto territorio; en nuestro caso el territorio español. Esta prestación asistencial gratuita será ya de muy difícil sostenimiento a lo largo del tiempo, aun quedando limitada a los nacionalizados españoles y residentes en España. Basta ver el padrón de habitantes: cada año viven más los viejos gracias a una atención sanitaria gratuita intensiva y muy costosa. Soy un ejemplo vivo de lo que afirmo y testigo de como crece por millones el número de personas mayores. Bueno es saber que superviven gracias a costosas atenciones médicas. La curva ascendente de gasto traerá cambios muy importantes. Entre estos cambios está el de la implantación de una rigurosa medicina preventiva que cobrará cuerpo en el sector del consumo. ¡No creerán ustedes que el contribuyente va a correr de buena gana con los gastos sanitarios en favor de la salud, dedicados a personas que la perdieron por el consumo abusivo de alimentos o de sustancias más o menos tóxicas y dañinas para esa salud! Los políticos no hablan de estas cosas porque no dan votos. Prefieren, eso sí, como ya pasa en algunos adelantados paises europeos, que se legitime el derecho al suicidio como medio para servirnos a la carta una muerte digna y materialmente mucho más económica. Así tendremos algún ahorro.Pero no basta. Los hospitales tal y como hoy funcionan no serán rentables. Serán imposibles cuando los mayores jubilados, equiparen en número a los trabajadores productivos. ¿De dónde sacar el dinero? No habrá más remedio que cambiar la estructuras sanitarias para ahorrar en el capítulo de gastos. Y otro tanto sucederá en la enseñanza. Hay "lujos" que no podrá resistir una democracia, como tampoco los resiste un régimen totalitario. Los políticos no puede prometer imposibles. Para tapar goteras habrá que reducir las nóminas oficiales -también las de los políticos- porque, de otra forma, no hay dios que aguante este tren de gasto. Pero el tema bien merece algún otro análisis.

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