domingo, 28 de diciembre de 2014

AL FIN, ALGO HABRÁ QUE CAMBIAR.

Entre los partidos políticos se abre paso la idea de actualizar la Constitución vigente.Por actualizar se entiende emprender una reforma constitucional, sin que por el momento se haya hecho público su alcance. Sobre este supuesto, parecen dibujarse tres actitudes: la conservadora, la reformadora y la rupturista, defendidas respectivamene por el PP, el PSOE y PODEMOS. He aquí su esquema; - El PP: hay asuntos más urgentes, pero se comprende que haya de iniciarse alguna reforma constitucional.Aunque es necesario, antes, concretar en qué consiste y el para qué de tal reforma, a fin de someterla a debate y votación. - El PSOE: urge la reforma pensando en una España federal. Ahí se queda todo. No concretan qué tipo de federalismo pueden aceptar lo separatistas catalanes o los vascos que asspìran a la independencia de sus territorios autonómicos. - PODEMOS: Es preciso iniciar un período constituyente para resolver problemas cruciales como las aspiraciones independentistas de algunos territorios, el modelo de Estado incluída la indepedencia del Poder Judicial,la soberanía de España frente a la Unión Europea y asuntos de este calado. En este trance ha quedado abierto un período de debates agresivo, con el sello de posturas irreconciliables donde el insulto está en la orden del día como inevitable y efectivo; insulto especialmente ejercido por parte de quienes hacen la oposición y que se expresa con toda crudeza en los debates televisados puestos de moda,a los que algún grupo político acude con claque incluída y fichero en mano, para concretar con precisión el "tu más" principal argumento de las dúplicas y réplicas; algo propio de la dialéctica del siglo XIX. En fin, algo habrá que cambiar si queremos que esto se arregle.

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