sábado, 1 de diciembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (46)

      ELECCIONES EN ANDALUCÍA.- Hoy, sábado, (01/12/2018), tocan a vísperas. Mañana se ventila en las urnas -una rifa más o menos-el quién se hará con el poder autonómico de Andalucía.
      La disputa entre partidos,  que cuesta un dineral, ha supuesto para España -a lo largo de cuarenta años de supuesta democracia- una pérdida aún no cuantificada; pérdida que la están soportando en sus carnes, millones de españoles, hoy pobres de solemnidad. La mala política crea un clima propicio para sinvergüenzas y caraduras que, con el dinero de todos, se han hecho millonarios como si fuera la herencia del abuelo.
      Sería absurdo pensar que hemos entrado en una fase de rectitud y decencia. Imposible. Solo basta con examinar el alcance de la promesas puestas en juego por los distintos partidos políticos para deducir que todo sigue igual: los mismos de siempre  -más o menos- con distintos collares. Me
pueden decir que exagero. Bien: pongámonos ante un hecho real
     ¿Quién arruinó a las beneméritas Cajas de Ahorro españolas? ¿Acaso no fueron los políticos que para mayor desvergüenza  presumían de demócratas?
      El poder -digan lo que quieran- siempre estuvo asociado con los magnates del dinero. No se olvide: si se les ataca se marchan; y si no, se arruinan y ya no  cuenten con ellos. Desde tiempo inmemorial así ha  funcionado la cosa.
      ¿Eso se llama injusticia? Yo no lo discuto. Pero la solidaridad funciona mejor entre ricos que entre pobres. Y con la salud ocurre otro tanto.
      Otro día, si acaso, se lo cuento al oído.

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