miércoles, 19 de diciembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (59)

     EL PRECIO DE LA MALA POLÍTICA.-  Sería dar un paso importante para los españoles, saber de antemano cuánto nos va costar la crisis derivada del empuje secesionista catalán y sus futuras consecuencias.
     Desde los tiempos previos al franquismo, los nacionalismos de Cataluña y Vasconia manifestaron sus aspiraciones sin reparos: constituir sendas naciones independientes con su propia bandera y símbolos de su soberanía en pie de igualdad con España.
      De esta realidad se puede deducir la dimensión  del problema que reapareció con  empuje, gracias al terrorismo de ETA, no se olvide.
       ¿Consiguieron los nacionalistas lo por ellos deseado? No; pero se produjo un cambio fomentado por las autoridades centrales en favor de los nacionalistas, sin que sepamos a ciencia cierta si ,la retirada bélica de ETA -que se nos vende como triunfo del centrismo-  fue pactada a cambio de un "dejar hacer" al nacionalismo pacífico que pasaría inadvertido.
       El caso es que el  nacionalismo vasco,  al amparo de un Concierto Económico que para sí quisieran los catalanes, es el amo del poder en su Euskadi y tiene montadas las estructuras básicas de una nación emergente; y esto,  sin salir de la Europa del euro.
       Como consecuencia de lo dicho, el PP y el PSOE del País Vasco poco pintan (es decir no pitan nada) como, representantes  del poder central en Vasconia. Los partidos del nacionalismo vasco no están satisfechos pero esperan con calma su turno para alzarse con la tajada del león.
       Una bajada de pantalones del centrismo y la concesión de un Concierto Económico (o algo parecido) a los cataláunicos,  sosegaría el proceso secesionista... ¿Pero qué harán los moradores de  otros territorios hispánicos?
       La solución mañana (D.m.).

No hay comentarios:

Publicar un comentario