NO SE PONEN DE ACUERDO.- ¿Por qué? Muy sencillo. No ven más allá,de su nariz. Y se consuelan. Resuelto su problema personal -incluso familiar- lo demás ¿qué importa? Me estoy refiriendo a los políticos.
Cuesta mucho unir a los grupos humanos. Y las uniones suelen responder con más frecuencia a llamadas instintivas que a demandas racionales. Como las fieras, se unen ante la víctima para comérsela por turnos una vez rendida. Y terminan por ser pocos los que se sacian.¡Hay que seguir buscando víctimas!
Las derechas han ganado a las izquierdas en las elecciones de Andalucía y ahora no se ponen de acuerdo para decidir sobre cómo repartirse el poder. Todos los partidos políticos nacen, se reproducen y mueren con un afán básico: ser justos.Y bien: Si con los suyos no aciertan a estar de acuerdo ¿qué no sucederá con los extraños?
Este es el problema sin solución para muchos pueblos que no alcanzan un mínimo de bienestar; es decir, que no lo alcanzan por vías laborales, con el sudor de cada día, pero exprimido con talento.
En España nos distinguimos por nuestra tendencia separatista. La piedra de toque que sin pensar en ello nos da una muestra de tal hecho, la tenemos en el creciente número de divorcios matrimoniales. En pocos años nos hemos puesto en cabeza de las estadísticas al uso.
Estamos en vía de instituir el divorcio político. Facilitaría uniones de derechas izquierdas, que es lo que parece desea doña Susana.
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