jueves, 20 de diciembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (60)

     LA SOLUCIÓN PROMETIDA.- Nunca nos dirán de verdad de donde salió el dinero que se prodigó sin reparos para que prosperara en 1977, aquello que luego se llamó la Transición. Hoy estamos viviendo la crisis que padece la Unión Europea, por causa del Reino Unido de la Gran Bretaña, lo que hace que los problemas de España se pospongan en el quehacer europeo sin plazo fijo.
     Quiero decir que el fraccionamiento de España no puede pasar desapercibido en la UE y que para arreglar este desquicio hacen falta un astuto componedor, mucho dinero para captar la voluntad de los electores y confirmar  una nueva interpretación del texto constitucional vigente en España.¡Así de claro!
      Reforma interpretativa, claro está, sin romper el Reino de España, depositario del poder central, que se sometería  a un refrendo popular en toda la hoy nación para, que ganándolo, desaparecieran los escrúpulos democráticos del votante.
      A mí, que conozco el paño, todo esto que digo me parece una fantasía irrealizable.Y si lo propongo con naturalidad es porque las chocholadas de un abuelo (96 años pasado mañana) suelen ser disculpables, de entretiempo e inofensivas.
      Todo esto viene a cuento porque ayer se enfadó un lector que espero me perdone.

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