martes, 25 de diciembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (64)

      RETROTRAER Y FRENAR .- Para eludir cualquier interpretación que no hace al caso,  explico que retrotraer me interesa porque evoca un tiempo pasado que se toma como como punto de partida para crear el futuro político de un país.
      Y lo que digo viene al caso, porque -pese al cambio innovador que demandan los problemas de la humanidad- la mayoría de los políticos están viviendo en el siglo pasado y creyendo, por ejemplo, que la monarquía o la república son definitivos -en pro o en contra-  para la prosperidad de los pueblos o para su desgracia.
      Tal proceder fracasa de manera inequívoca por una razón abrumadora: la modernización de hábitos  y costumbres, el influjo de la novedad, el poder del cambio se imponen antes que después; la modernización cultural manda y no tan lentamente como algunos quisieran; cuando es arrolladora se adelanta a los tiempos y los pueblos más instruidos progresan al compás de los avances más prosaicos.
      Al comparar la evolución de los españoles con la de otros  países, sometidos como están los primeros a una negligente educación estancada en el pasado, no es de extrañar que las multitudes sigan fieles a valores que ya pasaron y se olviden de otros que siguen vigentes pese al paso de ,los tiempos. Por ejemplo la solidaridad que pierde fuelle a medida que el paisanaje se actualiza.
      Y no hay  cáscaras políticas que valgan. La solidaridad y la escuela bien entendidas aliviarían muchos problemas. Las dos tienen que actualizarse sin frenos.

   

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