miércoles, 5 de septiembre de 2018

UN PAR DE BUENAS NOTICIAS

     Las autoridades competentes de la nación España, han cancelado la entrega de un lote de armamento a un tercer país que corría el riesgo de utilizarlo para lesionar y/o matar a miles de seres humanos inocentes; se ha devuelto el dinero al comprador.
     Haciendo memoria, esta noticia   ha mejorado aquella que hace un par de meses   o poco más (el tiempo vuela), permitió y ayudó a rescatar una nave cargada de migrantes que navegaba a la deriva por el Mediterráneo. Se salvaron de una muerte segura  cientos  de seres humanos inocentes y se devolvió  la embarcación a sus legítimos dueños.
     Pero nunca llueve a gusto de todos. Es decir, no todo es felicidad. El 31 de agosto pasado  ha sido una fecha aciaga: se han batido las últimas marcas en la sección de despidos laborales. Por lo publicado se deduce que la desgracia afecta a  miles de personas  muy necesitadas de alimentos por la vía directa y a millones de familias  por la indirecta; todas  en su mayor parte españolas. La desgracia, catastrófica para nuestros compatriotas, apenas   ha conmovido a los corazones de nacionalidad española, y menos a las cercanías del poder que no tiene dinero para tantos.
     O sea que somos tamboril de casa ajena, salvo los nacionalistas de corazón abierto,  que cuidan  a los suyos con esmero y con el apoyo ignorado  de beneméritos contribuyentes hispano-ibéricos dotados de una paciencia elefantiásica.
     Es de esperar que un día de estos dejemos de confundir la desaparición de fronteras, con la asistencia a los próximos para funcionar en paz y  sin violencias. Es decir por convicción.

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