Es así: no llega para todos. Y dado que -pese a los mejores deseos- no somos iguales, el que más se lleva a la hora de repartir la presa, de repartir el poder (para ser precisos), es el más fuerte; el más astuto, el más paciente, el más rápido, el dotado de mejores garras y de afilada dentadura.
¿Qué dice usted? ¿Nos remite a la ley de la selva?
Yo no. Ni la inmensa mayoría de votantes. Son otros los que se hacen el reparto y de paso se reservan la tajada del león.
Los representantes del Gobierno de España, en un alarde empátíco, han rendido cuentas ante el Gobierno autonómico de Cataluña y -a cambio, de nada- han hecho un reparto generoso de euros, sumas millonarias, en favor de un bien alimentado secesionismo que no cesa.
Y las demás Comunidades Autonómicas, ¿qué?. A chuparse un dedo, el más gordo, como si fueran tontos, porque si de donde no hay, no se puede sacar, ¿por que´esas concesiones?. ¿Se da cuenta, usted lector, de por qué Teruel no existe?
El caso más expresivo de injusticia laboral se da con la Guardia Civil y otros funcionarios estatales a los que, por tareas parecidas, se les paga mucho menos que a los remunerados con cargo a los presupuestos autonómicos. Y para más desgracia, gran parte del dinero que hace posible esta injusticia, sale de las arcas centrales directamente. ¡Así se tiene acordado!
No se pide quitar nada a los de arriba; pero hay que hacer justicia empezando por abajo. Y para tal cosa, nuestros políticos no están ni se les espera. Eso sí: por presumir, que no quede.
Y no se olviden: no es lo mismo hacer justicia que ser iguales.
e
No hay comentarios:
Publicar un comentario