miércoles, 19 de septiembre de 2018

EL GRITO PATRIÓTICO; EL SILENCIO, NO

    Gracias al progreso televisivo pudimos, ayer, asistir a la lucha más desgarrada que podía uno concebir entre  distintas figuras de la política española. Fue un espectáculo no deseable entre demócratas.
     Lo que más llamó mi atención fue el grito patriótico de un participante. Yo estoy aquí, vino a concluir, por amor a mi patria. ¡Mentira! A no ser que "su patria" sea su propia casa. Lo cual -no es  de extrañar- está muy en boga entre políticos que se tildan de demócratas y ahora quieren enseñarnos la vitola del patriota.
    A la Patria se la niega de hecho cada vez que al vulgar ciudadano se le pide un sacrificio que los políticos -salvo excepciones, claro está-  aciertan a eludir al margen de la no prosperidad de los Patriotas, es decir,  entre otros,  de  todos los que votaron la Constitución.
    Verán:  los españoles  que nos gobiernan están negociando las relaciones futuras de los
gibraltareños con  sus vecinos, ahora que el Reino Unido de la Gran Bretaña deja de ser un miembro más de la Unión Europea. Los vecinos somos todos los españoles. Como tales, ¿saben ustedes como va la cosa? Pues no. ¿Saben si hay o no trampa? ¿Por qué este silencio que además parece  comprado?  Tampoco se sabe.
     Gibraltar es una colonia británica que goza de un fuero  moderno: es un paraíso fiscal.  Esto significa que su entorno, empobrecido, ha de proporcionar mano de obra barata al, colono enriquecido. El colono se siente británico. El colonizado es español.;     Esa es la realidad. _Silencio. ¿Por qué?

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