sábado, 14 de abril de 2018

LA VIOLENCIA Y EL PODER

     Nos quieren imponer sus  normas inspiradas en los más "nobles" principios. Por ejemplo: yo puedo robarle a usted siempre y cuando,  para conseguir mi objetivo no recurra a medios violentos y mucho más si coincido con el deseo de las masas. Es la tesis de algún secesionista que otro.
     En el caso que nos ocupa, quieren los tales hacerse con el poder político de una región sirviéndose de una panoplia de recursos que califican de pacíficos, cívicos y democráticos. Por ejemplo, reiterando una idea que cala hondo y de sencilla formulación: "Toda propaganda debe ser popular"(Goebbels). Pero a veces se equivocan: cuando se proclaman "no violentos".
      Es muy fácil: el término "violencia" se asocia con la idea de "fuerza". "Violencia", "violento", "violar" son términos que tienen a misma raíz. "Violentar una ley" quiere decir  que  no se cumple. No hace falta sacar el  hacha de guerra.  "Interrumpir por la fuerza el uso normal de una calle, de un camino, del paso por una vía pública" es violencia.
     Claro está: no es terrorismo. Pero tocan a vísperas.
      También está claro  que valerse de una tolerancia legal,  constitucional y democrática, (el libre pensamiento, la libertad de expresión) no da derecho a promover un cambio al margen o contra la ,ley que  nos dimos.  Eso es violentar una ley que  puede cambiarse por vías legales.
      Leo un texto, con ánimo de aprender, de la "Asociación Pro-Derechos Humanos":  "La violencia siempre es una forma de ejercicio del poder mediante el ejercicio de la fuerza e implica un <arriba> y un <abajo>".





    En el fondo de su corazón, los primeros se crecen   y muestran su orgullo de marca,la se pertenecer a un pueblo elegido. Los segundos, e mayoría, contemplan el escenario fríamente y tienen que, para convivir con normalidad, integrarse como lo haría un extranjero para no desentonar.
     No vamos a  fijarnos en las leyes  ni en el aparente respeto con que se mantienen las diferencias casi siempre solapadas. Esto permite mantener una tendencia favorable al pueblo elegido, Hay un tendencia que no satisface a los autóctonos de raíz. Se mantiene una regla de oro que marca distancias, Hay leyes que se acatan pero  no se cumplen. No pasa nada. Así ha sucedido y sigue sucediendo. Por lo demás es una solución.
     Hay un aspecto positivo en el desarrollo de ese "casticismo": la indiferencia como respuesta, a tal  estado de cosas.
     Está demostrado que las diferencias insalvables son las que se dan y no se resuelven entre pobres y  ricos. De ahí viene las guerras


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