jueves, 12 de abril de 2018

GOBERNANTES Y GOBERNADOS

    Me veo obligado a recurrir a mi experiencia personal para comprender -al menos lo intento- por qué. en España,  los gobernantes se crean un mundo  aparte y terminan por ser aborrecidos por los mismos que antes les dieron  confianza y votos. ¿Por qué?
    "No exageremos", dirá más de uno."No sólo pasa en España". En efecto: no soy quién para quitarles la razón.  Este viraje de los votantes es casi automático, pasa en muchos países, en toda tierra de garbanzos. Está pasando en Europa, en América, en Asia...Es algo que da motivos para pensar y para  sacar conclusiones.
     Nací en un pequeño pueblo alavés del valle de Valdegovía, en la Vasconia sureña con vistas a Castilla la Vieja, que contaba más de tres mil habitantes. Hoy no llegan a mil.
     Fuí  uno de los que allí no tenía porvenir y me marché. Como yo, en ochenta años, lo hicieron más de dos mil paisanos.  Buscaban lo mismo: un mejor nivel de vida. Esto ha pasado en muchas comarcas de toda España. Los pueblos y aldeas que antes se arracimaban para convivir con cierta protección, no cumplen su cometido: facilitar la convivencia. Y para no perecer se masifican en las ciudades.
     Esta reflexión me lleva a formular una pregunta: Y estas gentes, ahora en las ciudades donde se concentran, ¿están satisfechas? Pues no. Ese no, de seres humanos antes diluído es espacios  abiertos y mal comunicados,  no podía formar multitudes. Hoy, concentrado en las ciudades, si puede hacerlo. Y lo hacen  porque saben que las  muchedumbres mueven  montañas.
     Los políticos, como sumos sacerdotes de esas masificaciones, son capaces de "dejarse la piel" - que diría el, Sr.Iglesias-  para ganar adictos con soluciones que luego, poder en mano, se las pasan por el forro. Mientras tanto, los demás -también llamados demócratas- estamos jugando a la taba, eso sí, con mucha legislación por medio.
     Los americanos del Norte fomentaron los "lobyys", también llamados grupos de presión para domesticar a la política. Algo que en España -y en otros países- solo se resuelve con la fuga.
     ¡Ya aprenderemos!


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