martes, 17 de abril de 2018

HISTORIA VISTA DE CERCA

     Quede claro -y lo proclamaré a los cuatro vientos para evitar interpretaciones dudosas- que no  soy historiador. Pero nadie me impide poner de relieve algunas situaciones que despiertan el interés general a nada que  acierte a  narrarlas. Claro que, también lo siento,  soy un narrador sin título, ¡Así,  usted lo pase bien, puede llevarme la contraria!
     También soy alavés, del Valle de Valdegovía: un pequeña comarca en lenta decadencia, sita al oeste sureño del País Vasco, allí donde se fue alterando, junto con gentes de tierras vecinas,  el uso del latín para que surgiera el idioma castellano, hoy llamado español.
     Esto, en el fondo historia poco divulgada,  no despierta el interés de las mayorías, ¡alguien sabrá el porqué! (Les remito al Cartulario de Valpuesta y estudios subsiguientes del tema).
     A Valdegovía, en lenta aunque  evitable decadencia, la están dejando morir,  pese a  tener a mano, junto con sus colindantes vecinos,  el escenario auténtico y los testimonios más que sobrados para llamar la atención del  mundo globalizado, del mundo entero. Llamar la atención, despertar la curiosidad entre los  que conocen o estudian el idioma español;  un idioma que ha dejado huella.
     Estamos ante el escenario, bastante bien conservado, donde se generó la aparición y desarrollo de este idioma  y de cuanto esencialmente lo rodeó. Escenario que merece la pena preservarlo y  recomponerlo a bajo costo,  a nada que un equipo de historiadores, conocedores del tema y con sentido estético,  fueran a dignificar lo ya heredado.
     En fin, algo se podría hacer en este sentido, para apoyar a los pocos que, con su dedicación generosa, ayudan a mantener viva esta  inquietud.                                                    ,

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