viernes, 26 de enero de 2018

TEORÍAS DOCTRINALES

     La democracia es un anuncio que pregonan y dicen aplicar por sistema, casi todos los que se dedican a la política en el mundo civilizado.
     Después de estar de acuerdo en  la defensa de ciertos principios, tal que la libertad de enseñanza, en la práctica se hace imposible el ejercicio de este derecho y en las escuelas se uniforma la docencia siguiendo los criterios del poder dominante.
     Puede advertirse que los nacionalismos, desde que se hicieron notar - y hablo del impuesto de los grandes países- se sintieron llamados a fortalecerse,  a mantenerse dominantes  y a monopolizar su grandeza por todos los medios a su alcance.
     Convencidos los rectores de cada país nacionalista de la importancia que tiene,  a la hora de convencer y ganar adeptos, exaltar  el idioma hablado por  una mayoría, no dudaron en declararlo oficial e imponer su enseñanza desde una óptica  que tampoco dudó en exaltar  las virtudes patrias aunque no pudiera probarse su existencia, Se pasaron la libertad  de enseñanza por el forro y en ello estamos: libertad de enseñanza sí, de acuerdo, pero según convenga, no al bienestar de cada uno sino al ídolo de turno, en muchos  casos a la idolatrada patria.
      Es que lo quiere  el pueblo. Lo ha pedido en las urnas y en manifestaciones multitudinarias. La democracia es del pueblo y para el pueblo y las minorías ¡ya se sabe!  tienen que admitir y plegarse a la ley de los fuertes.
      El más fuerte impone sus criterios bajo auspicios totalitarios, que no democráticos. Por eso, para evitar abusos, para dignificar a las personas,  las Naciones Unidas decidieron aprobar la Carta de los Derechos Humanos individuales y prioritarios respecto a los derechos colectivos.
      Por eso, en España, la democracia está aherrojada. Es decir hecha una caca. Lo vemos a diario.

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