sábado, 13 de enero de 2018

COMARCAS RURALES OLVIDADAS

     Entre los vocablos dominantes al uso,  propio de  los apóstoles del bienestar generalizado, hay dos que  se aplican como si salieran del tarro de los milagros: igualdad y democracia.
     Claro está: la democracia tiene mil intérpretes y la igualdad es una entelequia, es decir un ideal, un sueño.
    Nací y vivo en el territorio foral de Alava. Soy de una comarca  -Valdegovía-.que se pobló en el medievo a su manera  en circunstancias difíciles,  asumiendo  usos y costumbres que al paso del tiempo  se hicieron ley, para vivir de la agricultura y la ganadería. Este desarrollo se extendió en las zonas limítrofes y al cambiar el escenario, el clima y la fertilidad de la tierra,  también lo hicieron los usos y costumbres. Los pueblos eran parecidos pero nunca iguales.
      Estas comarcas hoy están despobladas, como otras muchas del resto España, pese a que,  en la actualidad, el paro que se concentra en las ciudades es una plaga. Este desequilibrio, unido a otros de distinto corte, nos conduce a fomentar la pobreza de las  clases medias y bajas de la España actual.  En cada comarca despoblada baja el nivel de vida.  La desigualdad que se quiere suprimir, crece. Y crece el desánimo y la pérdida de valores entre los pocos que se quedan en su lugar de orígen. Serían muy distintos  estos pueblos si tuvieran vida.
       ¿Y qué hacen las autoridades competentes?  Teorizar y disputar.
        Aquí, en este territorio foral alavés, -como en tantos otros que no tienen esa ventaja- hay un estudio muy completo sobre este problema y ofrece soluciones. Teoría. No hay quien ponga la primera piedra. ¿Democracia? ¿Del pueblo y para el pueblo? ¿Igualdad? ¿No será para los que vienen de fuera?
       

No hay comentarios:

Publicar un comentario