Claro está: la democracia tiene mil intérpretes y la igualdad es una entelequia, es decir un ideal, un sueño.
Nací y vivo en el territorio foral de Alava. Soy de una comarca -Valdegovía-.que se pobló en el medievo a su manera en circunstancias difíciles, asumiendo usos y costumbres que al paso del tiempo se hicieron ley, para vivir de la agricultura y la ganadería. Este desarrollo se extendió en las zonas limítrofes y al cambiar el escenario, el clima y la fertilidad de la tierra, también lo hicieron los usos y costumbres. Los pueblos eran parecidos pero nunca iguales.
Estas comarcas hoy están despobladas, como otras muchas del resto España, pese a que, en la actualidad, el paro que se concentra en las ciudades es una plaga. Este desequilibrio, unido a otros de distinto corte, nos conduce a fomentar la pobreza de las clases medias y bajas de la España actual. En cada comarca despoblada baja el nivel de vida. La desigualdad que se quiere suprimir, crece. Y crece el desánimo y la pérdida de valores entre los pocos que se quedan en su lugar de orígen. Serían muy distintos estos pueblos si tuvieran vida.
¿Y qué hacen las autoridades competentes? Teorizar y disputar.
Aquí, en este territorio foral alavés, -como en tantos otros que no tienen esa ventaja- hay un estudio muy completo sobre este problema y ofrece soluciones. Teoría. No hay quien ponga la primera piedra. ¿Democracia? ¿Del pueblo y para el pueblo? ¿Igualdad? ¿No será para los que vienen de fuera?
Nací y vivo en el territorio foral de Alava. Soy de una comarca -Valdegovía-.que se pobló en el medievo a su manera en circunstancias difíciles, asumiendo usos y costumbres que al paso del tiempo se hicieron ley, para vivir de la agricultura y la ganadería. Este desarrollo se extendió en las zonas limítrofes y al cambiar el escenario, el clima y la fertilidad de la tierra, también lo hicieron los usos y costumbres. Los pueblos eran parecidos pero nunca iguales.
Estas comarcas hoy están despobladas, como otras muchas del resto España, pese a que, en la actualidad, el paro que se concentra en las ciudades es una plaga. Este desequilibrio, unido a otros de distinto corte, nos conduce a fomentar la pobreza de las clases medias y bajas de la España actual. En cada comarca despoblada baja el nivel de vida. La desigualdad que se quiere suprimir, crece. Y crece el desánimo y la pérdida de valores entre los pocos que se quedan en su lugar de orígen. Serían muy distintos estos pueblos si tuvieran vida.
¿Y qué hacen las autoridades competentes? Teorizar y disputar.
Aquí, en este territorio foral alavés, -como en tantos otros que no tienen esa ventaja- hay un estudio muy completo sobre este problema y ofrece soluciones. Teoría. No hay quien ponga la primera piedra. ¿Democracia? ¿Del pueblo y para el pueblo? ¿Igualdad? ¿No será para los que vienen de fuera?
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