sábado, 6 de enero de 2018

CLASES CAPITALISTAS TRANSNACIONALES

     Nunca pensé que llegaría a cumplir años en el siglo XXI. Y aquí estoy devanándome los sesos para entender la importancia que tienen las tendencias globales en la prosperidad futura en bien de los seres humanos.
     He llegado tan tarde a esta suma de ideas, está tan limitado mi lenguaje, es tan complicado el mundo de siglas, que me pierdo. Pero no cesa mi curiosidad y esto me martiriza.
     Parece ser que el futuro de los pueblos está unido al futuro de los mercados. El que más chifle, capador, que se decía en las zonas rurales. El que más y mejor venda, será el amo. Y vender o no  vender o vender mal o bien, no es cuestión de masas, sino de personajes que huelen el beneficio a distancia.
     Así parece, a mi  modesto entender, que se está  organizado la feria y a nosotros, como a otros tantos pueblos -catalanes y vascos  incluidos-,  nos pilla el montaje del tinglado discutiendo como en la fábula, si los feriantes son galgos o podencos o si deben ser varones magos o damas mágicas los  personajes principales de una cabalgata infantil sacrosanta, montada para vender lo que fuere incluso  en nombre del Dios niño. ¡Todo está inventado!
     Me encuentro con que ya están organizadas las "Clases Capitalistas Transnacionales", que siendo de ámbito universal, lo primero que buscan es qué vender y a quién vender, con  beneficio, claro está: armas de fuego, por ejemplo ya que no hay mejor comprador que el pueblo mandado por unos jerifes que odian al vecino; o la droga que desean los maniatados por el tóxico; o los veraneos, también llamados turismo cultural gastronómico (el ciscarse con la capa puesta) y cosas así.
     Nada nuevo bajo el sol.
      Con los políticos -salvo excepciones, menos mal-, metidos en el basurero .

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