jueves, 11 de enero de 2018

DOS PARTIDOS EN FASE CRÍTICA

    La guerra civil española de 1936,  dentro de un clima político desgarrador, fue letal y destructiva. El estallido se produjo sin que nadie -entre los bien informados- pudiera anticipar el resultado, ni mucho menos, las consecuencias que padecerían mas tarde millones de españoles, ajenos a los episodios bélicos que nunca pudieron imaginar.
    Casi cuarenta años de dictadura, no se explican si no se recrean  las circunstancias que hubieron de superar millones de nacidos en la España desnortada,  sufridores de una larga posguerra a la que llegaron desde la ignorancia propia de los que han de sudar la camiseta para ganarse el pan de cada día.
     Todo podría haberse evitado si los socialistas que se decían demócratas y los católicos  que se sentían cristianos, hubiesen decidido hermanarse sin traicionar sus principios, para por vías pacíficas evitar el arribo de dos tendencias totalitarias: la roja y la azul, dispuestas a hacerse con el poder al precio que fuera.
     Cuando, más tarde,  llegó la democracia, estaba vivo  el recuerdo de la guerra. Las angustias y estrecheces sufridas seguían en la memoria de muchos españoles.  Se produjo el milagro.
      ¿Y ahora qué?
       El caldo de cultivo está propicio para volver a las andadas. Perdidos los malos recuerdos del pasado, abiertas las cicatrices de la pos guerra, ni unos ni otros  -salvo excepciones por cierto muy valiosas-  perciben que hay barreras que no conviene romper. Pero algunos políticos, muchos, están dispuestos a repetir  la historia.
        Ahora, cuando ya han crecido los enanos, la cosa se complica: La vieja y griposa derecha y la no menos débil consabida  izquierda, han perdido votos a montones y no saben  innovar para recuperarlos. Están en fase crítica.
        Momentos poco propicios para encandilar  a los votantes.
   

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