martes, 16 de enero de 2018

FEDERAR, UNA FORMA DE UNIR

       Quiere decirse, por principio, que la federación de países tiene sentido cuando  se trata de unirlos en beneficio mutuo. Podrían federarse España y Portugal,  si convencida una mayoría de portugueses y de españoles. preconizasen bendiciones para ambas partes. No sucede así y todo sigue igual
       No es el caso de España sola, nación ya unida; claro que algunos -no pocos-  quieren separarse.           Este es el conflicto y si queremos superarlo no podemos caer en el absurdo ni en el ridículo de hacer de la realidad un caricatura.
       Hay que reconocer que a fuerza de machacar, se abre paso el que llaman "derecho a decidir" en beneficio de pueblos y países. Este "derecho" -es verdad- no parece bien definido, pero es justo, equitativo y razonable reconocer que algo cuenta la  historia de cada territorio.  Cataluña tiene historia, y  lo mismo sucede con Granada, o  Murcia; y con Andalucía  o León o Castilla; y con la provincia de  Álava, con tantas o más razones que las esgrimidas  por los inconformes separatistas de Cataluña para darle independencia.
       Veamos: literalmente, la Constitución española "ampara y respeta  los derechos históricos de los territorios forales" y Álava es un territorio foral, por cierto separado de Guipúzcoa y de Vizcaya  y de las demás tierras vascas calificadas como hermanas pero,  eso sí, cada una con su propia casa donde mandar. Y con su propia historia
       Entonces, ¿cuál es la clave del problema? El mayor número de partidarios de la separación, frente al al que optaría por una federación de Cataluña y Euskadi con España.  Federar es una forma de unir y los secesionistas no están para hacer buena esa labor.
        La mayoría de los  políticos partidarios de la secesión, como buenos machacadores,  cuentan con todo tipo de facilidades, -incluida la escuela-  para convencer a sus coetáneos de que si divides vencerás.
         Y los políticos "unionistas", ¿qué? Pues mirándose el ombligo durante décadas para extasiarse con su belleza.
          Este es el problema, aquí y en el quinto pino. Problema que tiene responsables, puesto que la secesión se veía venir mientras se fraguaba la Constitución. Por no decir desde siempre.
          En democracia el que pierde votos, pierde poder. Pero no se enteran. Creen que todo tiene arreglo en Madrid.
         Pues no; esa es la cuestión. ¡No acaban de irse!

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