viernes, 27 de octubre de 2017

TODO O NADA; HE AHÍ EL DILEMA

     Les anticipo que el espectáculo político que estamos dando los españoles (incluidos los catalanes) a cuenta de los nacionalismos irredentos, es difícil de explicar cuando el que escucha no quiere entender.
    Dicho de otra forma,  los nacionalistas a la española parten de un viejo principio: son distintos. No mejores ni peores: "distintos". 
    Lo de menos es que se entiendan en otro idioma. Lo importante  es que ese  instrumento o medio para sobrevivir alcance la categoría de  excelso.
    Ser distintos y excelsos y estar sometidos a otro pueblo, al español,  no deja de ser vulgar, es una injusticia. Porque, además, quiérase o no, otros rasgos complementarios le dan al que de por sí es distinto,  una configuración étnica-cultural también distinta.
    Los que cultivan relaciones con nacionalistas y jamás tienen con ellos disgustos, es porque  saben y tienen en cuenta que la hegemonía es de ellos. Llegados a ese extremo, "ellos"no lo dudan:  quieren el "todo" o de no ser así, "nada", aunque hayan de correr grandes riesgos. Bien entendido que aun derrotados, nunca dejaran de pelear  hasta conseguir su "todo".
    Entre esos dos extremos -todo o nada- la pelea de  un "distinto" frente a un español "vulgar", no se liquida con soluciones intermedias, ni el "distinto" si fuera perdedor se dará por  vencido. Ni dará por terminada la partida.
    Hay excepciones. Si el "vulgar"es el rico y tiene una hija guapa y heredera de saneada fortuna,  el mocetón "distinto" que la sigue, no lo dudará: el mestizaje puede mejorar la raza.
     La solución al conflicto entre el "distinto" y el "vulgar" está en que el segundo sea pudiente y deje una buena herencia. Funciona con los "distintos" en el mundo entero. A esto le llaman hoy "globalización".
    Suele funcionar en todo tiempo y país. En el siglo XIX, los vascos "distintos" y por ende "distinguidos", cuando perdieron el fuero pelearon por el huevo: "No eran aldeanos", decía la canción. Eran bilbainos  y además liberales. El huevo, el  "Concierto Económico", no lo inventaron los vasco nacionalistas como puede parecer en nuestros días.  Eran bilbainos, liberales y con casta. Algo queda: no se puede negar. Eran "distintos". Y se forraron
    ¿Cataluña? Hablen con Europa. A escondidas todo tiene arreglo. Con tal de que el premio sea distinto  para los "distintos, que de verdad, no son tantos ni se la juegan en la calle.

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