jueves, 5 de octubre de 2017

PROPAGANDA DE MASAS

     Una cosa es prestar servicios informativos para tener al público al corriente de lo que sucede en diversos escenarios y países, y otra muy distinta adobar la noticia con fines espurios: podría decirse que, en este caso como siempre,  para catequizar a  las masas y activar un clima favorable a la prosperidad de un interesado proyecto político.
     La propaganda política del III Reich, en la Alemania de Hitler, funcionó bajo unos principios técnicos muy avanzados para su época,  que favorecieron la divulgación del supuesto axioma: "la mentira publicada mil veces, termina por ser verdad" (J. Goebbels).
     La palabra democracia salta  al instante para envolver ciertos proyectos políticos que se asemejan en su forma de conducirse -que es lo que cuenta- a viejos prototipos dictatoriales. Existe un repertorio, una lista de normas a seguir para ganarse a las masas que se divulgó en beneficio descarado del nacional socialismo alemán. Por ejemplo, el principio de la simplificación: individualizar al adversario en un solo enemigo. Adivinen a quién se señala en la España de nuestros días, casi en exclusiva. O el principio de la orquestación: repetir un número pequeño de ideas  constantemente hasta hacer  huella en las gentes.
     Cualquier lector puede consultar en Internet este formulario, para medir el grado de verdad de las  noticias manipuladas hoy, con el mismo descaro totalitario de los años treinta del pasado siglo.
      Santigüémonos: a esto le llaman libertad de expresión.
   

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