Son muchos los que pusieron de por vida su fe en el progreso, valiéndose de prometedores a la par que falsos apóstoles y profetas; pero la realidad es dura y el progreso se alcanza por uno mismo. Cada persona, con su propio esfuerzo y denodada voluntad, es la que se dota del abanico de conocimientos útiles para ir de avanzada.
Los países prósperos alcanzan altos niveles de vida, porque en el plano individual gozan sus habitantes de alto nivel de conocimientos. Al mejorar las condiciones de vida personales, mejoran las colectividades.
Entonces ¿para qué sirven los políticos? ¿No son ellos los llamados para estas tareas?
No lo sé; pero imagino que podrían ser, si fueran buenos, algo así como los directores de orquesta. El director maneja la batuta y los demás, los músicos, casi todos profesores, le siguen disciplinada y equilibradamente al interpretar sus señales con toda pericia y con oleadas de sentimientos colectivos.
¿Ustedes ven a nuestros políticos estar en las líneas de vanguardia con sensibilidad y dedicación total y sacrificada para atender sus deberes? ¿Están modernizados?
La realidad demuestra que se han quedado atrás. Por eso, las empresas con empuje y en vanguardia, tan pronto adivinan un cambio hacia teorías superadas, se alzan con el santo y la limosna para asentarse allí donde el clima es más propicio.
¿No irá usted a castigar a los secesionismos patrióticos? No; nunca. Me fijo más en los avances solidarios de quienes saben unir empeños por encima de razas y culturas. Lo siento pero los nuestros no funcionan. Duele que no hayamos sabido europeizar a España.
Estamos en los tiempos de la guerra de Cuba.
Estamos en los tiempos de la guerra de Cuba.
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