miércoles, 11 de enero de 2017

CRECE LA DEMANDA SANITARIA

     Cada día aumenta la demanda sanitaria. La salud es lo que  importa, sobre todo cuando se alcanzan ciertas edades. La salud se reclama por los de casa y por quienes llegan de fuera.
      El éxito de los  centros de salud españoles es envidiado en muchos países que nos llevan ventaja en otros sectores. Pero gracias al régimen sanitario que funciona a toda máquina crece la clientela por encima de las posibilidades económicas de las que está dotada España.
     El logro de las mejoras asistenciales, aplicadas con diligencia, tiene un inconveniente: el efecto llamada. Esto equivale a decir que aumenta la demanda de personas enfermas.  Hay que tener en cuenta los extranjeros aclimatados a vivir en España por razones de salud. Y hay que  detectar cómo aumenta el número de ancianos que alargan su vida gracias a estos buenos servicios asistenciales médicos españoles.
     La Ministra del ramo, de reciente nombramiento, se va enterando de las necesidades presentes y futuras  que se  reclaman desde los hospitales españoles de la seguridad social; y se asombra por cómo aumenta el repertorio y la cantidad de fármacos que se han puesto al servicio de la salud.
Ambas realidades dan para meditar sobre el destino que nos espera si  no se empieza a tomar medidas correctoras de esta creciente demanda de salud.
      No valen simplismos. Hay que ver el grado de decadencia de algunas naciones y a donde conducen el abandono, la negligencia y la desgana creyendo que todo, por los  siglos de los siglos, será tal como lo tenemos ahora.
       Es imposible. Los Gobiernos tendrán  que dar un golpe de timón a no tardar; tendrán que dar prioridad a la medicina preventiva, sobre la preferentemente curativa  de nuestros días. Y esto es muy difícil de lograr sin un cambio de política, teniendo en cuenta que para mejorar  los hábitos del género humano, quienes han de cambiar son las personas, por delante de los políticos.

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