Es una verdad comprobable que gran número de políticos se han introducido en la camada de los "llamados", con la vocación cambiada. No es que les falten ocasiones de lucirse; es que no las ven venir y en cuanto se sienten solos para opinar o decidir, arman la gorda.
Y otra verdad a tener en cuenta: algunos jefes de gobierno, puestos a elegir ministros, no siempre, pero sí a veces, se dejan guiar por el compañerismo, corriendo el riesgo de confiar la solución de una raíz cuadrada al tonto de la clase.
Estamos en una encrucijada. La primera figura del socialismo andante, ya ha dado muestras de que Dios no le ha llamado por el camino de la política. En poco más de medio año ha conseguido que el liderazgo de la izquierda sociológica de España, haya pasado de las manos del PSOE a las de PODEMOS. ¡Todo un éxito!
¿Y la derecha? Los dioses ciegan, etc. Están ya barajando las bazas del miedo para horrorizarnos
con la que nos espera si PODEMOS se hace con el poder. Y sí, es verdad: dan miedo. Con una particularidad: si se pregona el miedo por los que gobiernan, la gente no se lo toma en serio. ¿Por qué? Muy sencillo: ningún gobierno habla bien de sus rivales. Tan elemental que da vergüenza decirlo.
Cosa muy distinta sucedería si los votantes, por si mismos, manejando datos verosímiles, terminaran por decidir: con PODEMOS en el gobierno, esto sería una ruina.
El secreto está, como lo adivinaría un escolar, no en que lo diga el maestro, sino los listillos de la clase que suelen ser los que meten mas goles y, por eso, son más populares que los políticos del PP. La misma verdad, dicha desde abajo surte otros efectos
Pero la política, más que ciencia parece un arte. Y artistas quedan pocos y, si te descuidas, son los primeros en marchase con las perras a los paraísos fiscales.
¡Por eso estamos donde estamos!
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