La aparición de PODEMOS y los resultados electorales del 15-12-05, hicieron que muchos llegaran a exclamar: ¡Adiós al bipartidismo en España! ¡Estamos salvados! El bipartidismo fue calificado como maligno.
Aparecieron cuatro partidos que por no entenderse en una primera convocatoria, forzaron unas nuevas elecciones.¡Ya me dirán que trajo de bueno la novedad cuatripartita!
Alguno, mejor informado, hizo esta advertencia: "El bipartidismo, es una consecuencia lógica derivada de la Ley de Hont, es decir del método de recuento impuesto para elegir los cargos; esta ley trata de evitar el multipartidismo".
Los cuatro partidos más votados en la primera convocatoria, se van reorientando. PODEMOS, un partido ahora de izquierdas, imaginativo y maleable, dirigido por un personaje dotado de la virtud mimética -adopción como propios de los comportamientos y opiniones ajenos- fue populista a la bolivariana, luego socialdemócrata a la nórdica y ha pasado, ahora, a ser comunista a la carta. A efectos prácticos será el líder de la izquierda española, cumpliendo con este objetivo: echar del liderazgo al PSOE, (Ellos dicen echar al PP, pero no es verdad; éste y PODEMOS se retroalimentan)
¿Qué papel juega CIUDADANOS? El mismo que el PP con una diferencia: que su plantilla de políticos aparece como ejemplar. Inmaculada. Pero las tesis socio-autonómicas de CIUDADANOS y las del PP son parecidas e intercambiables.
Así que, de cara a las nuevas elecciones, todos los números de la rifa están sin vender; ganará la carrera el que mejor prepare los escaparates de su mercancía. ¿Y en qué se diferencia esta mercancía?
En que la nueva izquierda viene a dar socialmente de lo que no tiene y, territorialmente, a editar una nueva Constitución para facilitar la desconexión de Cataluña (y de otros comunidades autonómicos que así lo quieran), del resto de España.
Esto es, lo que nos jugamos, expuesto en román paladino. Pero no nos equivoquemos: antes de votar tenemos el derecho a saber cuánto nos costará a todos y cada uno de nosotros, la posible y tan anunciada desconexión de territorios que llevan tiempo funcionando al amparo de una misma soberanía: la de España.
Como se puede comprobar volvemos al bipartidismo salpicado con los aromas de los partidos secesionistas, siempre dispuestos a estrenarse como nación en beneficio de unos pocos y en perjuicio de unos muchos.
Estamos en una País donde todos han pagado su cuota de subsistencia, algunos con mayor dedicación, esfuerzo y sacrificio que otros para ser libres. La libertad de elección es de todos, sin olvidar el cumplimiento de aquellos deberes, que también han de ser atendidos, por todos los territorios que integran España.
¡Hay que ir a cuentas! Y luego a dialogar. Porque el coste de un mal paso lo hemos de pagar todos. No es broma.
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