EL ESPÍRITU FORAL.- Sabino de Arana y Goiri fundó el PNV sobre un supuesto: el Pueblo Vasco venía siendo regido, desde un principio, por unas leyes otorgadas, no por reyes, nobles, o eclesiásticos que eran los dueños del poder, sino generadas desde el seno de la sociedad vasca para resolver sus necesidades; eran -por decirlo de alguna manera- costumbres de las que surgió la ley, reconocida luego como fuero, llamadas por el líder fundador "legizarra" o "ley vieja", que deberían respetar otros hombres aunque fueran reyes.
Esa teoría tuvo sus sus detractores pero Sabino de Arana, escribió en su defensa e inspirándose en el fuero de los vascos, o leyes viejas, creó el Nacionalismo Vasco impregnado de sentido religioso. Tras de inventar doctrina, Sabino de Arana se propuso un objetivo: alcanzar la independencia de un Estado Nación, para unos territorios que al principio llamó "Euskeria", luego "Euzkadi", y hoy "Euskadi". Este objetivo nunca se orilló, y es algo que no ha de olvidarse por quienquiera que intente negociar algo que se refiera a Euskadi y sobre todo a su futuro.
Aquellos peculiares fueros vascos, que eran distintos y singulares (aunque emparentados) para Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, digamos que sirvieron de inspiración y palanca en demanda de un Estatuto de Autonomía común para las tres provincias (hoy territorios históricos) que se aplicaría por igual bajo un formato copiado del centralismo generado por la Ilustración, que surgió para acabar con toda clase de privilegios incluidos los del Pueblo Vasco.
Sabino de Arana se encontró con inconvenientes legales creados por el Nuevo Régimen. Sencillamente y a título de ejemplo ¿cómo encajar el poder judicial, el ejecutivo y el legislativo del régimen foral, en el modelo basado en la independencia de estos tres poderes del Nuevo Régimen? ¿Y el voto universal, no imperativo? ¿Y en el lema , libertad, igualdad, fraternidad en una sociedad vasca profundamente jerarquizada?
En realidad el fuero o ley vieja eran antiguallas con las que no se podían abordar los problemas de una industrialización tardía que afectaba a decenas de millares de emigrantes y a quienes vivían a su costa. Corría el tiempo y aparecían nuevos problemas que demandaban nuevas soluciones.
Cuando Sabino de Arana pedía la independencia de Vizcaya (para él las Vascongadas estaban confederadas y cada una era dueña de sus destinos) a finales del siglo XIX, esta provincia ardía entre las luchas obreras en su mayoría de signo socialista, dirigidas contra los abusos del capitalismo que vivía los lujos de la riqueza protegida por partidos liberales.
Los fueros vascongados no respondían a las exigencias sociales. Eran idóneon, sin embargo, para mejor defender unas teorías nacionalistas, acogiéndose al ejemplo dado por nuevas naciones surgidas en Europa.¿Qué hacer cuando la demanda de igualdad prospera sobre la base de acabar con las jerarquías? Darle la jerarquía de "superior" a todo un pueblo. Rebajar a los demás: a los "maquetos"
Pues bien, pese a estar fuera de tiempo las "leyes viejas", jugaron su papel porque el "Nacionalismo Vasco" avivó el sentido independentista de los vascos como raza superior, en un momento en que ciertas corrientes socio-políticas pusieron de moda el racismo: blancos contra negros, arios contra judíos... hasta España, país mestizado hasta las cachas, creó la Fiesta de la Raza, que ya es decir.
A partir de este hecho, se alumbró el surgimiento de la Nación Euskadi. Nada más espurio que vacíar en un molde liberal unas estructuras forales. Y se hizo. ¿Por qué no ha de ser legítimo estudiar la organización foral de las Provincias Vascongadas para ver las posibilidades que ofrece de crear un "orden social justo".
¡Ya hablaremos!
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