viernes, 9 de octubre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA LXXIII

     EL QUE RESISTE GANA.- Esta  frase, probablemente del acervo común, la hizo suya el novelista Camilo José de Cela. Y luego, en la vida política, parece haberla asumido con todas sus consecuencias el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy y Brey.
     El caso es que a este Presidente le dejaron una España endeudada y en crisis en el año 2011 y le han llovido las más amargas censuras durante toda la legislatura, como si fuera el provocador de  las rotundas desgracias que cayeron sobre los españoles.
     Las arremetidas han sido fieras e injustas. Y todo porque si de algo pecó este político fue de camaradería que, según la RAE,  la padece  "el que anda en compañía con otros y tiene con ellos amistad y confianza", cualidades, éstas, que han de eludirse por  todo  aquel que quiera dedicarse a la política .
     Es preciso saber que la buena educación, la cortesía, hasta la condescendencia a  la manera diplomática -es decir con reservas-  y los silencios bien administrados, son las armas que debe manejar todo político, acompañadas por cierto de una interlocución veraz pero corta,  no comprometida y entre sonrisas;  son virtudes que debe llevar bien aprendidas y ensayadas el  político que se precie.
     Claro está que la persona llamada a presidir un Gobierno, ha de contar con  que sus ministros y personal adjunto  reúnen  iguales condiciones, no sea que, metiéndose en camisas de once varas, lleven al ridículo a todo el equipo o -como ya pasó- provoquen críticas amargas en perjuicio de los  que no tienen culpa alguna.
     Esto aparte, ¿qué pudo haber hecho  el Presidente de un Gobierno como el de España al recibir el Estado de la Nación hecho jirones, como  le pasó a nuestro Presidente?
     Yo no lo sé, pero  un Alcalde que llegó a un Ayuntamiento cuyo nombre me reservo, 
reunió a los más notables y comprometidos de su jurisdicción, ante una herencia ruinosa,  y les dijo: "Tal y como figura en estas cuentas que pongo ahora en sus manos, nuestro municipio está ¡arruinado!. Si alguno quiere protestar es la ocasión; ahora y ante los que nos  dejaron esta herencia. Para arreglarlo habrá quehacer grandes sacrificios y sufrirán más los más indefensos. Insisto: pueden protestar ya, e iré con ustedes a la cabeza de la manifestación".
     No hubo manifestación, pero el pueblo entendió. De todas formas el que resiste gana, siempre  que además  actúe con talento. Lo que pasa es que nuestro Presidente se  ha visto obligado a resistir en  soledad. Esto es muy duro y para más inri no se agradece.




     

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