jueves, 30 de julio de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA XIII

          EL BONITO CUENTO DE LAS PRIMARIAS. - Estamos hablando de la elección de personas a las que vamos a confiar una tarea de la cual hemos de beneficiarnos colectivamente,  como es el caso de los políticos.
          Lo primero y más importante de toda elección es saber si el elegido destaca por sus conocimientos específicos de la materia sobre que ha de tomar decisiones, y lo segundo. si estamos ante una persona que destaca por su templanza, sensatez y sentido de la justicia.
         Puestos a elegir vemos  que los pueblos han progresado cuando la selección de personas, aptas para el desempeño de cualquier función responsable,  ha estado precedida de una seria preparación teórica y práctica, ha superado el elegible serias pruebas objetivas que lo demuestren y, además, tiene experiencia.
         Por ejemplo a nadie se le ocurre para construir un puente, o  para tratar una neumonía, o para asesorar en una inversión financiera, acudir a miles de personas  que pasaban por allí o poco más, para  que con arreglo a  su leal saber y entender elijan  a la persona más apta para ejercer esas tareas,, sin  tener en cuenta  siquiera, si son ingenieros, médicos o expertos financieros.
         No me negarán que la función de un político exige unas dotes y una preparación   que algunos la alcanzan a fuerza  de reconocer y corregir errores y que otros no aciertan ni aunque les pongan las bolas de billar como a Fernando VII a la hora de jugar a carambolas. No es raro que entre  esa colección de inútiles se cuelen galafates, rateros y piratas, que terminan siendo los que mejor   pasan las pruebas selectivas al uso.
          Para mí, entre españoles, habiendo superado  unos conocimientos básicos como los de  un bachiller con reválida, además de tener  vocación política  a través de un partido, con cinco años de antigüedad acreditada ante notario, les pediría  una rigurosa oposición demostrativa de unos  conocimientos mínimos exigibles a un político.
         Aún con todo,  crearía un cuerpo de inspectores que dieran garantía de que los tribunales nunca fueran manipulados.
         Las primarias son un invento  para poner en  la lista a los que más convienen a los dirigentes de los partidos.

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