sábado, 18 de julio de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA III

II

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EL SECESIONISMO EN MARCHA. Los legisladores que aprobaron la Constitución española quisieron  que  España siguiera  existiendo como nación, pero la fraccionaron en comunidades autónomas, donde dos de ellas -por lo menos-, contaban con minorías potentes que nunca negaron su aspiración a constituirse en sendas Naciones – Estado, independientes del resto de España.
La experiencia ha demostrado que las autonomías con aspiraciones soberanistas se han  constituido en modelo a imitar por otras que se consideran no inferiores para gozar. También, de una soberanía a su medida.
Oído al parche: Pedro Sánchez, del PSOE, quiere constituir una España federal. Se suelen confederar los Estados que ceden  competencias en favor del Poder Central naciente. ¡Pero si aquí  lo que se quiere es lo contrario! ¿Estamos idos?
Todos estos experimentos autonómicos han ido en desprestigio del Poder central  y en aumento –de hecho-  del Poder autonómico de Cataluña y del País Vasco, por lo menos. En realidad se ha producido una transformación que ha dado una influencia extraordinaria a los independentistas de estas nacionalidades autonómicas. Esto ha ido en beneficio político de los nacionalistas, muchos de los cuales  no se sienten españoles y se creen expoliados por la nación llamada España.
En el año 2010 se planteó en el Parlamento Vasco una pregunta para conocer la dimensión del sector público vasco.  Los datos expuestos daban idea del número de funcionarios oficiales que rondaba las 77.000 personas en nómina,  y el los colocados en empresas públicas en las que participaban –alternativamente- el Gobierno Vasco, las Diputaciones o los Ayuntamientos. Se contaron 450 entidades públicas que colocaban a más de 45.000 personas.
Se comprende, al contabilizar los votos del País Vasco, que poco a poco, al paso de los años, hayan ido mejorando los partidos nacionalistas, en detrimento de los que no son de su cuerda.  Este aumento paulatino de poder -al que no resto méritos- favorable a los nacionalistas, solo demuestra que han jugado con las cartas que les tocaron en suerte, con más ingenio, agudeza y constancia que sus adversarios. ¿Por qué esas fuerzas defensoras de la Constitución, han perdido terreno y votos? Si tomamos como referencia el punto de partida es para echarse a temblar. No existían ni con mucho las diferencias que hoy se dan. La causa está en la renuncia no expresa –aunque demostrable- del Poder central  a ejercer los derechos que le otorgan la Constitución y demás leyes vigentes, incluidos los Estatutos de Autonomía.
 A medida que pasaban los años los votantes a partidos constitucionalistas en el País Vasco (y otro tanto sucede en Cataluña), fueron viendo como los problemas de sus paisanos, salían  mejor resueltos para los que se acercaban al lobby nacionalista que para quienes seguían confiando en la grandeza de España. He aquí por qué crecen los residentes en el País Vasco (y en Cataluña) que piensan que los partidos de ámbito español en ambos territorios van a terminar siendo  testimoniales. Como muestra basta ver la nómina de un guardia civil y compararla con la de un policía  autónomo vasco. Que conste: los malos no son los nacionalistas…
¡Les diría, pero no quiero aburrirles, hasta donde llega el mérito de sentirse español en el País Vasco peninsular!


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