Celebradas las elecciones autonómicas de Andalucía, un examen objetivo de los resultados nos permite reflexionar sobre lo que podríamos llamar primer aviso al centro derecha de España.
Reflexionar:
a).- Sobre lo mucho que han de cambiar las cosas en el PP para evitar un testarazo de muerte, en las elecciones generales cada día más próximas.
b).- Sobre el tiempo que ya no pueden perder los jerifes del PP para oxigenar sus filas, haciendo una limpieza fondo -incluidos Ministerios-, para ofrecer, a los electores, una auténtica regeneración hecha desde dentro. (Incluye una talentosa revisión de sus programas para que emanen honestidad, resulten cautivadores y sobre todo emitan sonidos de buena moneda; autenticidad a prueba de expertos).
c).- Sobre los efectos negativos de una testarudez propia de mulas correosas y carentes de agudeza discursiva, si no se valorara debidamente el corto plazo que tiene el partido aludido para cambiar de estilo y de política. (Tómese nota del cambio que dió el Papa Francisco a un problema de moralidad e imagen. Poder se puede y hay mucho donde poder elegir).
No quisiera terminar estas líneas sin rendir un homenaje a las buenas gentes que en el PaísVasco mantienen su fidelidad a un centro derecha vasco español y moderado, cargando con la mala fama de logreros de otras latitudes que les salpica, cuando aquí se dan pruebas de una honestidad ejemplar; es decir, pruebas contrarias a lo que viene sucediendo. Aunque sólo fuera por ellos, creo que son oportunas éstas u otras parecidas reflexiones. El fracaso duele más pensado en ellos.
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