sábado, 7 de marzo de 2015

LA IGUALDAD EN SOLFA.

 
     La España dividida en provincias surgió, tras la superación del antiguo régimen, para  borrar diferencias territoriales tras las cuales se escondían privilegios. Se implantó un centralismo igualitario que, para hacerlo posible, necesitaba subdividir la nación en parcelas, con su propia capital de zona donde se instalarían las autoridades delegadas del poder hegemónico. Eso fue la provincia.
    Copiamos a los franceses y lo que para ellos fue bueno y funcionó, para España no; nunca salimos de pobres  y además -la Administración por un lado y el pueblo por otro- gastaron a porrillo los dineros que no tenían, haciendo el idiota.  En poco más de un siglo nos montamos dos o tres guerras fuera de España, por necios intereses, a las que añadir cuatro guerras civiles, varias revoluciones y un meneo de políticos, de federales levantiscos y de caciques, propios de una España analfabeta y de unas minorías directoras egoístas y mayormente incultas. A las minorías cultas, ni caso; se las pagaba mal y eran más apreciadas en el exterior que en casa.
    Después de una guerra civil sangrienta en 1936,  las generaciones que vivieron una paz impuesta  fueron  las que, con su sacrificio (más  que el de sus gobernantes),  levantaron el país y fue entonces cuando, al terminar la dictadura,  se dijeron: vamos a ser buenos, tolerantes, solidarios y a trabajar en paz todos unidos como buenas gentes que somos y vamos a darnos un país autonómico. Que no todo se decida en Madrid, sino que sean los territorios afines, mayores que una provincia, los que colaboren con su  buen sentido al progreso general. Y les dieron amplias competencias a tal fin.
    Noticia de hace unos días: "La política  de España, el gasto medio por niño, su distribución, está calificada de "regresiva", según el informe de una Comisión Europea que controla la cosa. "No sólo es un problema de falta de recursos. La Comisión entiende que la estructura territorial de España no favorece la articulación de la política social". "Las competencias sobre ayudas y prestaciones se distribuye entre instituciones y niveles de Administraciones muy diversas, lo que provoca deficiencias".
    Vimos que la provincia no funcionaba como es debido; vemos que las autonomías, tampoco funcionan,  lamentablemente en daño de los niños españoles.
    Menos mal que estamos en Europa donde hay gente que piensa y nos ponen en ridículo. ¿O será que los españoles somos muy especiales? Porque por falta de leyes, no será. El repertorio llenaría un estadio.
    O tal vez suceda que el ser humano  es tan complejo, tan débil al mismo tiempo y tan convencido de que es un dios, que no nos pueden parecer extrañas sus respuestas egoístas, tanto individuales como de grupo.
    Eso, tan nuestro (y de  otros países no muy cultos), sigue vigente. Un egoismo tan   contrario a todo principio de igualdad, tan insolidario, que pese a estar  el país  lleno de apóstoles  a los que se les llena la boca  proclamando los derechos igualitarios, nos conduce a fines opuestos: a una brutal desigualdad que la pagan los niños.

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