Me siento avergonzado porque muchas de las ideas que barajo en estos comentarios matutinos no cuajan. Por ejemplo, la inagotable pretensión igualitaria de varones y varonas, proclamada a los cuatro vientos en los más variados credos democráticos, no deja de ser una falacia. Si no fuera por ellas la especie humana no existiría. Ellas saben ser mejores.
Ya sé que tal teoría choca con la prosaica realidad: mujer y hombre, los dos se necesitan pero... donde falta la madre, la familia no pelecha. A no ser que el padre supere la lucha copiando el modelo materno.
No les cuento más, claro que sin olvidar que hay excepciones.
El feminismo defiende la igualdad de derechos del hombre y de la mujer. Lo cual no deja de ser una injusticia. Ellas se merecen más. Y el macho lo sabe desde la niñez. Pero...ese macho, para ser seleccionado como padre, tiene que chulear y este es el primer aviso de su inferioridad vital.
Cualquiera puede comprobar cómo los políticos con mando en plaza, aquí en España, predican a diario su "feminismo" (entre comillas) para, acto seguido, dejar huellas de su machismo.
Cinco candidatos varones para presidir el Gobierno de España, no han podido encontrar una dama que mejore su presencia. Parece que las "Magdalenas" no están para tafetanes.
Pes no: son ellos que no dejan la batuta ni para un meo.
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