miércoles, 24 de abril de 2019

ESPAÑOLES A LA DERIVA

     ¿Cuál es el camino acertado para no caer en peleas inútiles entre vecinos? ¿Qué hacer para no odiar ni ser odiado? ¿Cómo ganar amigos en el mar de la política?
      Con el pretexto de "hagamos patria" se  liaron ayer, en un debate peleón,  cuatro figuras políticas de la cuadra hispana,  para escenificar un bronco diálogo que ni pintado con mala leche.
      El clima arisco e insultante nos lleva a deducir que estamos al borde de un precipicio conocido por su violencia.
       A esto lo llaman democracia, y no hay tal cosa. La democracia auténtica funciona mejor en las sociedades ricas que en las pobres.  España es un  país donde la pobreza hace desgraciadas a multitudes que piden justicia. La justicia, presidida por la equidad, necesita un equilibrio indispensable para que la democracia funcione.
      España tiene que mejorar su riqueza para poder repartirla equilibradamente. Y nuestros políticos -salvo unas pocas excepciones- están en otra onda. Ayer lo demostraron.
      Esto sí: quienes se empeñan en potenciar el sector público en nombre de la democracia, están creando una igualdad pobre sin remedio; una sociedad que languidece. Esta es la ruta que sigue España con el apoyo de muchos españoles.


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