Los del llamado Partido Popular no tienen un ideario lógico y su historia no puede ir más unida de lo que ya está, a un desprestigio demoledor. Han perdido y no quieren saber por qué.
Era inútil toda renovación porque dados sus errores, sus trampas y el cinismo de sus personajes, la salida más digna, para electores y elegibles de su cuerda, era esfumarse sin ruidos y así dar paso a un nuevo partido centrista.
Ellos creían que Andalucía. donde triunfaron. era un modelo que se podía multiplicar por toda España; y no suele suceder así, cuando en el territorio autonómico, sus gobernantes viven el desparrame del pringue sin contemplaciones.
La solución no está al alcance de mediocres, como se verá en los meses próximos, porque los que sortean peligros en distritos de gran formato, están en países donde se refugia el poder político mundial. Y España apenas se ha han familiarizado con los avances de este tipo
España, los españoles que viven en niveles decadentes y con pocas esperanzas de progreso, no valoran su situación, ni se acomodan a la carencia de medios económicos globalizados.
¿Creen que la solución está a la vuelta de la esquina?
No es posible si no se produce un gran cambio; sin otro modo de vivir paralelo a los usos y costumbres internacionales.
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