Mi cambio de impresiones con terceros está limitada a los medios públicos de comunicación. Espigo, selecciono y me trago aquello que conviene a mis ideas e intereses. A veces dudo y no duermo. ¡Lo que cuesta bajarse del burro!
Les confieso que, lleno como estoy de cicatrices por confiado, no sé a quién tomar en serio; a quién votar. Espero que podré asistir a un proceso de claridad que me ilumine.
Me pregunto cómo, -con más de tres millones de parados pobres, en fuga los posibles inversores y en camino varias columnas migratorias en marcha hacia España - se puedan deducir buenos augurios.
En España -como en tantos otros países mal orientados- cunde el desánimo democrático. Es decir que se falsea la democracia y se sabe en la calle.
Dicho de otra manera: Se sirven del poder, en beneficio de los que manejan la rueda o compran a quienes la dirigen por medio de leyes y sistemas imperativos. No pidan pruebas : vayan por los Juzgados que tienen todo un repertorio que afecta en demasía a la gran desbandada de españoles.
Los políticos -por lo, menos algunos- con una bondad teatralizada siguen unas pautas con las que vender generosidad y justicia. Han puesto como solución el diálogo "democrático". Mentira.
Pregunten ¿a quién aprovecha?
Si no es útil para,todos es que hay trampa.
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