viernes, 26 de abril de 2019

EL PODER Y LA VIDA REAL

        Se sabe en toda España que los políticos no suelen dudar y cambian de jamelgo siempre que la oferta del contrario resulte ser positiva, acomodaticia y realizable.
        Entonces al voluble lo llaman traidor y no aciertan en el diagnóstico. Por otra parte, no hemos de olvidar que la traición anida en las mejores familias y entre políticos con más frecuencia.
        Por causas circunstanciales, casi novelescas, me vi metido de bruces entre políticos alaveses durante la transición, en un distrito cargado de sorpresas y peligros. Puse dos condiciones: no tengo dinero y mis servicios serán básicamente ideológicos.  Mi prestación  personal se  basaría en esta idea: "Por Álava y su defensa foral e independiente". "Foral" quería decir: "Alava sin salir de España, e "independiente", significaba "estar ligada a los territorios vascos y forales como hermanos que eran, libres y en pie de igualdad y cada uno con sus instituciones originarias debidamente actualizadas y con el propósito de dotarlas de  modernidad día tras día".
       Los comienzos fueron buenos y de ellos surgieron algunas ideas, pero el poderío heredado de Sabino Arana fue colocando cada pieza secesionista  en la Constitución española de modo testimonial. Con la esperanza puesta en un futuro, ya hoy llegado, para ponerlo a punto.
       Me sentí traicionado con un "puenteo" indigno. Y mandé todo al carajo.  ¡Que bonito tema para una charla entre amigos!

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