Para escuchar mentiras hay que adoptar el espíritu del confesor y sentirse dispuesto, con la bondad a cuestas, al perdón. Es el caso de gran número de españoles: unos arrepentidos y otros escarmentados, de modo y manera que todo siga, más o menos, igual.
Los protagonistas quieren -aún viéndose obligados a pasar por tragos amargos- un punto de apoyo que les de poder. Eso es lo que importa. Ayer fue el día,de escuchar mentiras, Hoy es llegado el momento de sacar partido al sacrificio. Podrá comprobarse, teniendo en cuenta que la victoria de unos es la derrota de otros.
Y mientras en España - sus moradores y anejos- se resignan a vivir una medio pobreza impuesta por mediocres políticos, veremos a otras naciones cómo avanzan en todos los terrenos; cómo mejoran hasta espiritualmente.
Sin dudarlo, la primera evolución ha de modernizar la enseñanza. Si la escuela va atrasada y sometida a la política o a doctrinas dogmáticas, el progreso se estanca. No quieran reducir el conocimiento a la simpleza de que será bueno si la enseñanza es oficial y malo si está bajo otras
dependencias. El saber o no, funciona de forma bien distinta. Está ya internacionalizado.
¡Pobre país el que no sabe sacar rendimiento a los avances digitales! No es cosa de niños, pero sí es útil para prosperar, gracias a lo mucho que puede enseñar.
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