¿Qué podemos hacer? Estamos asistiendo a un espectáculo original, ante la doble oferta puesta en juego para elegir el futuro mas conveniente a nuestro deseo. Esto es que todos lleguen al retiro laboral con una pensión digna.
El problema ofrece soluciones de dudosa estabilidad. El dinero suele al paso del tiempo perder valor y está comprobado que cuanto más se prodiga, antes se devalúa.
La solución inmediata se basa en el pan para hoy y hambre para mañana. Y la fórmula de paso firme, aunque más lento y menos pródigo, conduce -mediante una política complementaria- a crear más puestos de trabajo que aporten una masa de dinero suficiente para dignificar las percepciones personales.
Ninguna de las dos posturas ofrece garantías de éxito. Esto que puede ser una palanca favorable para el triunfo electoral de unos u otros partidos, puede acarrear situaciones de crisis que traigan más miserias.
Este es uno de esos problemas humanitarios a resolver de mutuo acuerdo. Es una tarea que exige sensatez y sentido común.
Dos cualidades que no se cultivan en España.
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