miércoles, 8 de junio de 2016

SALARIOS BAJOS Y PRECARIOS

     ¡Alto! Yo no soy economista y si me remito al "valor añadido" y a su significado, es para permitirme algunas consideraciones elementales traducidas al román paladino (en el que suele el pueblo hablar a su vecino).
     El, valor añadido, para entendernos y en esencia,  es la diferencia que existe entre el costo de un producto o servicio,  y su valor en venta.
     Si se pagan salarios bajos, con poca influencia en el precio  de venta, es porque fabricamos productos o prestamos servicios muy generalizados, al alcance de cualquier  profesional y de abundante oferta.  Para competir, vender y exportar, o bajas el precio de venta o si  lo subes has de rozar la excelencia. Si pagamos salarios altos,  no  podemos competir ni exportar porque sale más barato comprarlo o servirse en países poco desarrollados.
     ¿Por qué hay tanto paro en España y tanto empleo precario?  Muy sencillo: gran número de empresas no pueden abonar mejores salarios porque irían al cierre, y muchas más no se abren  porque ¿para qué,  si no hay ganancia?  Corresponde a políticos y sociólogos detectar el mal  y prometer lo más socorrido:  subsidiar a los parados. Pero termina por no ser la solución.
     O sea que España necesita contar con industrias o dar servicios innovadores, de vanguardia, último grito, para vender con alto valor añadido, es decir con saneados beneficios. Y para esto hacen falta profesionales muy bien preparados. Y muy buenas escuelas donde nadie pierda el tiempo. Y mucha estabilidad político social en un mercado libre, por lo menos. No lo digo yo, que no entiendo; lo dicen los que pasan por ahí como expertos.
     ¿Se preocupan de esto los políticos españoles? ,
      No, porque, -dicho en confianza y en voz baja-  pierden las ocasiones en gran proporción diciendo y -lo que aún es peor- haciendo chorradas (o sea  proponiendo remedios poco prácticos).
     Nadie que nos conozca puede decir que tenemos una enseñanza innovadora y libre. Estamos en la higuera. Les recomiendo que lean a D. José Antonio Marina. Sin enseñanza  o  con una enseñanza anquilosada, seguiremos fabricando cucharas de palo o poco más. Aquí el mérito innovador se lo trabajan por libre profesionales  y particulares inquietos e innovadores contra viento  y marea. Algo se hace. Pero lo nuestro es mantener suculentas  nóminas de estupendos futbolistas con alto valor añadido,  por dar patadas  a un balón  bordeando la filigrana. ¡Circo politizado! ¿Quién  lo paga? Los que ponen el dinero y se lìan a guerras de banderas; eso sí, el beneficio pasa a "manos listas" para luego llevárselo  a paraísos fiscales.
     ¡Si  las paredes de algunos estadios hablaran! ¿Ysi la escuela dejare de ser doctrinaria y se volviera científica?





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