viernes, 17 de junio de 2016

ESTILO INQUISITORIAL

      Don Albert Rivera, líder máximo de CIUDADANOS, es un político que a través de sus intervenciones oratorias se ha labrado el prestigio ejemplarizante de demócrata, pese a que por su forma de conducirse da pruebas de todo lo contrario. No digo que no sea demócrata; afirmo que no lo prueba con su conducta.
     "La democracia no es sólo un sistema político, sino también un modelo de vida y un ideal que orienta a la convivencia social". (Publicado en "Democracia ayer y hoy" el 31-03-2009). En el mismo texto se indica que,  "Democracia es el gobierno de la mayoría con respeto de las minorías. En las democracias modernas es importante buscar consensos que concilien los intereses de las mayorías y de las minorías, para dar un paso a  la política que apunta al camino del diálogo para el logro del bienestar general".
      Como lo demuestra al negar el pan y la sal a su adversario Sr. Rajoy,  el Sr. Rivera se olvida de su condición de demócrata.
      Dicho esto,  quiero hacer constar que no juzgo, ni mucho menos condeno. Me limito a constatar una manifestación hecha pública por don Albert Rivera. Que sea el lector quien deduzca lo que proceda.
      El Sr. Rivera ha llegado a  inculpar al Presidente del Gobierno de un serie de hechos que, según su criterio, justifican que se le condene al ostracismo parlamentario. Es decir que, si como presidente del PP, el Sr. Rajoy pretendiera formar gobierno por encabezar la lista más votada, ya  está condenado de antemano a darse por perdido. El aludido Sr. Rivera lo denuncia, lo juzga y lo condena, al negarse a tratar con él de cualquier proyecto referido al gobierno de España;  se niega a toda colaboración, por una sencilla razón: contra toda presunción de inocencia,  ya lo denunció, luego lo juzgó y ahora lo condena. Esto se llama estilo inquisitorial. Nada más lejos del comportamiento que se espera de un demócrata moderno
      El Sr. Rivera juzga  algo que ni siquiera ha merecido una denuncia judicial. Y el Sr. Rajoy, ya está condenado. Esto nos obliga a exclamar: ¡Viva la democracia que se cisca en la independencia de poderes!
      Ahora algún listillo sacará a relucir la "responsabilidad  política". El PP ya está pagando por ello. Las personas que quebraron  la ley, en los juzgados competentes. Y los demás perdiendo votos, influencia y poder.
      ¿O es que ademàs se abierto la veda para juicios inquisitoriales? 
      





     
     

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